Tengo 21 años y en nada seré oficialmente Técnico Forestal. El sector forestal es un mundo algo machista así que imaginaros…

Antes de mi primera campaña de incendios, el año pasado, tuve algún que otro trabajo pintoresco la verdad.

Primero trabajé en una bodega e hice mis pinitos en el arte de la horticultura ( trabajar a cuatro patas en la huerta vamos ). En la bodega entré después de un señor que tenía más años allí que el edificio. Sus únicas palabras conmigo fueron: Eres mujer no podrás hacer mi trabajo. Y bueno la verdad que si un cabeza cuadrada así pudo hacerlo para mí no sería más difícil. 

Mi segundo trabajo fue en la hostelería. Soy camarera los fines de semana. Alucinaba porque tuve compañeras que trabajaban en sujetador. Recuerdo que una de ellas una vez me dijo: Las chicas gorditas no tienen mucho futuro de camareras de noche. Los hombres vienen a ver. Me quedé mirando para aquella cosa que hablaba y le contesté: No soy gordita, soy gorda. No me llames por diminutivos que yo soy grande querida, muy grande.

Al final demostré quién era yo y lo que era ella. Al final la barra de las gordibuenas demostró que la gente quería fiesta y eso es lo que hacemos una fiesta para todos y todas. Ella no quería atender a mujeres… Su ignorancia era grande. Para su pesar aún sigo trabajando los fines de semana.

Y por último, los incendios forestales. Con mi titulación puedo ser capataz de una brigada forestal. Imaginad las caras cuando llega una mujer a dar órdenes. Anécdotas varias os hago un pequeño resumen  de las frases más célebres:

Oye que la motosierra no es una picadora de carne.

– ¡Oh! Gracias por avisarme. Me estaba imaginando que como albóndiga  para la cena no tendrías precio. Te has salvado la vida.

-Las mujeres no apagáis fuego, lo provocáis.

-No querido, lo provocas tú. Nunca viste una mujer y al verla sientes calor. Así que ánimo a ver si te va a dar un chungo y hay que utilizar una ambulancia para llevar a un animal como tú.

-Las uñas pintadas arden con el fuego. No sé para qué las pintas ni para qué te peinas.

-Tampoco sé cómo se puede vivir con una neurona y tú eres un claro ejemplo.

Esto va por todas las mujeres que trabajan en un sector machista y que tropiezan con gente que intenta romper sus sueños. Esa gente no sabe que el único límite que existe para una mujer aún no se ha inventado.  

Remedios Val