Estamos muy hartas de la censura que sufre el cuerpo femenino en determinadas redes sociales (sobre todo en las que son propiedad del señor Zuckerberg). Una censura que estamos muy hartas de denunciar porque se basa en una hipersexulización y una cosificación brutal de nuestros cuerpos. El ejemplo perfecto para hablar de este tema son los pezones y areolas, que tienen que desaparecer tras emojis y manchas si no quieres ver cómo se esfuman de tu galería de imágenes por no cumplir las normas reglamentarias. Es curioso, porque están considerados contenido sexual cuando, por mucho que se empeñen, NO SON ÓRGANOS SEXUALES. Pero con los pezones masculinos no hay problema porque los pectorales (peludos o no) de los señores parecen no incomodar a nadie.

Hemos normalizado encontrar Instagram llenito de fotografías de mujeres (da igual que la pose sea empoderante, sensual, mamarracher, whatever) con los pezones pixelados, tapados con emojis de todos los tipos (mis favoritos son los flanes por lo sutil y tal) o directamente sin pezones (censura nivel Barbie). O sea, con las tetas al aire pero sin rastro de las tetillas. El asunto es tan loco que hemos presenciado cómo censuraban obras de arte míticas e incluso portadas de discos porque, oh Dios mío de mi vida, una mujer en tetas y sin disimular. ¿Le encontráis puto sentido? A mi me estalla la cabeza… porque puedo llegar a entender que un primer plano de unos genitales (sean los que sean) incomoden a determinadas personas, pero ¿qué tienen de malo unas movidas que sirven para alimentar a los bebés, para rayar cristales cuando hace frío y como zonas erógenas en la intimidad? Ojito, que menos lo de dar el pecho que por ahora tenemos la exclusividad, todo lo demás también lo hacen los pezones masculinos, esos que estamos cansadas de ver con total naturalidad sin ponernos cachondas ni nada por el estilo… OH WAIT!

Pues bien, tenemos mucha suerte de estar rodeadas de señoras estupendas que no se cortan un pelo a la hora de reivindicar estas desigualdades (porque los pezones son solo la punta del iceberg) y encima hacerlo muy bonito. Es el caso de Nipple Magazine, que se afana en denunciar el machismo implícito en esta doble moral pezonil con fotos preciosas y con un discurso maravilloso (que si os manejáis chachi en inglés podéis leer en esta entrevista).  La idea está muy clara para Patricia Luján, fundadora del proyecto:

Si los hombres pueden compartir sus pezones en las redes sociales ¿por qué no pueden hacerlo las mujeres? ¿Quienes son Instagram o Facebook para decidir qué cuerpo es más sexual que otro?

Y ahora han puesto en marcha una campaña digital e internacional desde su cuenta de Instagram que pretende convertirse en la PRIMERA INSTAGRAM STORIES EXHIBITION de la historia para denunciar este tipo de censura corporal. «El tema de la expo es MY NIPPLES ARE NOT… porque nuestros pezones no son ni emojis, ni garabatos, ni destellos… Son pezones idénticos a los de los hombres» y nos instan a todas a participar subiendo una imagen de nuestros pezones censurados como nos salga del chichi a nuestro feed o stories de Instagram y bajo el hashtag #STOPnipplecensorship, y seguir luchando juntas para conseguir esa igualdad real que necesitamos en todos los campos de la vida.

Así que ya sabéis, a partir de mañana 28 de junio, todas a subir nuestros hermosos pechos, pechitos o pechotes para seguir haciendo historia…

Toda la información que necesitéis de este movimiento la tenéis en su página web:

www.stopnipplecensorship.org