Últimamente estamos gratamente sorprendidas con la delicadeza con la que algunos profesionales empiezan a tratar temas relacionados con el peso y la obesidad (y por una vez, NO es ironía)

El otro día leíamos este artículo del nutricionista Juan Revenga Frauca en El Comidista, que nos pareció muy bien porque es un buen trabajo de desestigmatización de las corporalidades gordas y además nos anima a adquirir hábitos saludables sin que la única finalidad consista en querer llegar a un peso concreto. De verdad que es fabuloso leer cada vez más textos así que, sin caer en la complacencia, se centran en la multicausalidad y nos invitan a marcarnos objetivos realistas.

Esto es un asunto que no nos cansamos de repetir en WeLoversize: fomentar un estilo de vida saludable para TODOS es fantástico, diagnosticar enfermedades y juzgar el estilo de vida de alguien a través de una fotografía (como sabemos de primera mano que ocurre en las redes sociales todos los días) es lamentable. Esto reproduce unos prejuicios corporales tremendamente tóxicos que lo único que consiguen es cargar de ansiedad a todas esas personas que no entran dentro de unos cánones concretos. O sea, que es contraproducente. Pero claro, como la gordura es algo visible, fácil de señalar y existe la creencia de que a las personas gordas les falta fuerza de voluntad ¿para qué vamos a hacer el mínimo esfuerzo de análisis y empatía?

Pues resulta que han publicado un estudio en el American Journal of Cardiology que demuestra que el sedentarismo es malo para todos, se tenga el peso que se tenga (que idea tan disparatada, oigan). Oh, trollsitos de los mundos del intenec, a ver con qué argumentos venís ahora a intentar hacer bullying gratuito, porque eso de la salud ha dejado de colar hace mucho tiempo. Seguro que no se os ocurre comentar sandeces en una foto de una muchacha tirada tranquilamente en un sofá con sus medidas estándar porque ni os llegáis a plantear cuales son sus rutinas, ¿verdad? Es que la gordofobia se huele a leguas, amichis.

Según este artículo publicado en El País, el estudio fue realizado por investigadores de la Universidad de Florida en Gainesville y, después de observar una muestra de individuos de entre 40 y 79 años sin ningún antecedente de padecimientos cardiacos, llegaron a la conclusión de que las personas en normopeso con una vida sedentaria tienen riesgos cardiovasculares similares a los de personas con sobrepeso con los mismos hábitos.

De ser esto cierto (el enlace del artículo de El País no lleva al artículo), la reflexión que nos sale es precisamente nuestro punto de partida: todos tenemos que intentar llevar un estilo de vida saludable y responsable, sin culpabilizarnos por algunas contradicciones naturales, reduciendo la ansiedad y disfrutando del proceso. Es muy importante superar los prejuicios corporales porque se criminalizan que, no siendo siempre mentira, tampoco son verdad y son una mierda muy grande.