Viajar es de esas cosas que genera manías raras hasta en la persona más adaptable, esa amiga que dice que todo le da igual pero eh, se va de viaje y la cosa cambia. Yo personalmente divido el mundo en dos tipos de personas, las que tienen energía por las mañanas y las que no, entre las que me encuentro yo.

Y viajando ¡oh qué maravilla! vas con tu grupo de amigos y siempre hay alguien que se despierta con una sonrisa de oreja a oreja, que empieza a mover trastos, a chillar o a meter presión para empezar a moverse (a esos yo personalmente los mataba).

Pero también son necesarios porque sabemos que, si no, retozarías bastante más en esa cama del airbnb de las profundidades de Francia, por ejemplo.

Luego están los contrarios, los que por las mañanas se mueren de sueño pero llega la noche y ¡papito! tienen todas las ganas de vivir que les faltan por el día.

Y tú te ves ahí destrozada de ver monumentos y pasear con 0 ganas de ir a un pub cuatro horas a las tantas de la noche a escuchar música random, pero vas Loli. Porque viajar es precioso y más si es con amigos (con algunos, claro).

cansada

Una manía que, vamos a decirlo, mucha gente tiene, es organizar el viaje como si se tratase de su tesis doctoral. Tienen apuntados sitios que ver, horarios, un excel con los días y qué hacer cada momento, vamos les falta organizar las horas de sueño o cuándo ducharse.

¿Qué también son necesarios? En su justa medida, vienen bien para ver un poco por encima qué hacer antes de llegar al destino, pero pasarse de rosca tampoco es necesario.

La manía por excelencia que yo me he encontrado hasta ahora es…querer hacerlo todo en grupo (por qué señor por qué).

Con lo bonito que es separarse unas horillas y que vaya cada uno a dónde le apetezca por libre. Vamos, yo suelo quejarme y acabar yéndome sola o con algún grupo pequeño a hacer algo que de verdad queramos.

Todo esto hablando de los viajes en grupo con amigos, primos o sucedáneos, ¿pero qué manías raras se tienen en pareja al viajar? Considerando pareja un número superior a 1 hasta el infinito y más allá, digamos que una trieja feliz se encuentra en Florencia pasando un fin de semana de ensueño, multitudes, helados y demases.

Uno quiere cenar en un restaurante precioso y caro, otro comerse un sándwich en el hotel y el último en discordia se adapta, pero ya tenemos el lío. Y sí, normalmente oye pues todo se habla y listo, pero con la comida y los dineros la gente se pone tennnnnsa. Al final lo acaban hablando un rato mientras pasean y acaban en un sitio que ni pa ti ni pa mi de hamburguesas guarras pero todas felices. O se pegan discutiendo qué se yo.

manías raras

Tengo una amiga que tiene como manía escribir todas las calles por las que pasa, otro que se compra un peluche siempre en la ciudad en la que está, mi madre quiere ir a una librería por país que visita y luego estoy yo que me dedico a hacer una lista de cosas raras que he visto al pasar.

En Marrakech vi un señor vestido de payaso saliendo de un baño público, y me dio mucho miedo. Y en Polonia había un café que tenía una sala contigua a la que se llegaba a través de un armario (fantasía).

Luego están los que tienen la nevera forrada de imanes que ya no solo han comprado ellos, si no que se los han traído amigos.

A mí me encantan las postales, porque suelen ser muy baratas y te recuerdan de forma muy visual el sitio en el que has estado.

Y ahora pasemos al modo CONVIVENCIA. Después de sobrevivir al madrugador del grupo, vamos a mencionar al VATEROSAURUS TREMENDUS, un dinosaurio humanoide conocido por tirarse 873 horas en el baño haciendo dios sabe qué (viendo instagram mientras caga seguramente).

  • Pero ojo, no todo acaba aquí, también está la VAGASAURUS que se planta en el sofá y espera contenta viendo tiktoks a que sus colegas se encarguen de todo porque ella está de vacaciones y hay que entenderlo.
  • Mi favorito es el COCINAPULUS, se ve pocas veces, pero su especie se dedica a cocinar para todes y encima, ¡lo hacen que te cagas! De esos está bien irse siempre con uno o dos.
  • Para cerrar el apartado aguantarnos en un apartamento 7 días todas unidas está el RONCOLOFUS. Bueno, el nombre lo dice todo pero por si hay dudas, es esa persona que se pasa toda la noche roncando a pierna suelta y tú quieres ya meterle el pasaporte por el ojete a ver si revienta.

 

¿Qué manías raras viajando tenéis vosotras? Y lo más importante, ¿alguna vez os han dado ganas de matar a algún conocido de viaje? Me apuesto lo que sea a que SI GUAPA.

Te falta perreo