La semana pasada empezó MasterChef Junior 8. He de decir que, aunque es el formato de televisión que más me gusta, el Junior es el que menos veo. Por sus niños REPELENTES. Estuve a punto de cambiar de canal después de ver a un niño hablando ruso y a otra niña hablando alemán y ponerme a ver el fútbol, que lo odio, no os digo más.
Y es que, ¿qué clase de niños son capaces de hablar tres idiomas, tocar 10 instrumentos o participar en el Musical del Rey León antes de cumplir los 12 años? Por dios, si mi mayor éxito fue ganar un concurso de pintura en el colegio ( y encima se lo copié a la de al lado que era más mayor). Ya con que sepan cocinar es un milagro. Hubo un momento en que buscaba a la Pantoja en el jurado a ver si estaba viendo Idol Kids. No la encontré pero si se podría haber puesto de BSO la canción de Lola Flores de «pena, penita, pena… por convertir a niños en adultos antes de tiempo».
Pero entonces apareció ella: HENAR. Maravillosa de pies a cabeza. Una niña REAL. Que juega, que cocina para su familia y porque lo ve como una afición ( para la que tiene un don especial). Que estudia a ratos porque un libro del colegio le gusta menos que jugar- como suele ser normal. Una niña, con la que, a mis 26 años me siento identificada hasta yo. Por lo que niños más pequeños, de su edad o un poco mas mayores pueden tomarla como un igual- y menos mal porque vamos a evitar muchos traumas.
Señores productores de MasterChef, nos gusta la realidad. Porque si todos los niños fueran como los demás, me iba a vivir a un hotel que prohíba la entrada a menores (AQUÍ QUEDA ESCRITO). Henar nos ha conquistado por su naturalidad, su desparpajo, el precioso corazón que tiene ( en el momento que felicita a Antony aunque fuera rival me la hubiera comido) y su buen decir. Porque, ante un programa que pretende convertir a los niños en adultos con la cocina, Henar supo mantener su bonita inocencia de niña.
Por favor, que dejen de hablarles de ligues, de «crush», de novios y perlitas varias porque ya tendrán tiempo. Qué les dejen vivir y disfrutar.
Así que Henar, DIOSA DE MASTERCHEF Y DE LAS REDES nos dejó el primer programa grandes momentos que han hecho que decida seguir viéndolo. Sus «Jordi es un pivocano» o «usamos la palabra crush ahora porque todos somos bilingües, aunque no sé desde cuándo existe la palabra», destilan ternura y espontaneidad. Nada fingido como me pasa con actuaciones sobreactuadas de otros de los niños, que ojalá echen ya.
El mejor, sin duda, junto con el de » he pedido salir pero me han roto el corazón muchas veces, eso es que no me merecen», fue el de «ahora me estoy centrando más en la cocina que en ligar con los CHICOS o con las CHICAS o con lo que sea… Yo ahora paso«. Esta frase dicha en una conversación casual ya forma parte de la televisión.
Es una frase que significa que una niña reconoce con TOTAL NORMALIDAD- como lo es- que te gusten los chicos, las chicas, ambos o nadie. Todo lo que a uno le haga feliz, COMO DEBE SER. OLE HENAR, BRAVA, BRAVÍSIMA. No sé si es un icono de bisexualidad pero si lo es como persona a la que otros niños van a ver. Y van a contagiarse de ella y con ella. Y va hacer un poquito más bonito al mundo. Solo por eso, es mi niña preferida del programa. Ojalá que nadie la cambie porque es maravillosa.