Volumen I: El inicio. 

Me enteré de que estaba embarazada en la semana 34. 

Soy Marina, tengo 25 años y acabo de ser mamá de manera inesperada. Esta es mi historia, pero vamos a ir al principio para que podáis entender todo mejor. 

Yo soy una chica con sobrepeso, ovarios poliquísticos y problemas hormonales. Llevo 9 años tomando la píldora, y no sólo como método anticonceptivo, si no también para regular mis hormonas. 

Mis reglas siempre han sido muy irregulares, tenía ciclos menstruales de 40 días, he pasado periodos de estar 4/9/12 meses sin la regla y todo esto por los quistes. 

Cuando toda tu vida has estado lidiando con reglas irregulares, lo normal es no tenerla. Eso pensé durante este verano, ya que mi última regla había sido durante abril de 2021. Los meses pasaban, y como lo que me estaba sucediendo era algo normal en mi cuerpo, no me preocupe mucho más allá. Insisto, 9 años tomando la píldora sin problema.

A finales de agosto me hice un test de embarazo por si acaso, pero salió negativo, así que yo seguí con mi vida como si nada. 

Yo seguía comiendo y bebiendo de todo, viajando, trabajando… Prácticamente no engordé nada que no fuera normal a lo mejor en época de verano o que te haga dudar que está pasando algo. 

En el mes de noviembre, cuando empecé a encontrarme muy mal, algo dentro de mi no estaba como siempre. La comida me repetía, la tripa se ponía dura, y cuando comía cosas que llevaban gluten, era catastrófico para mi tripa así que simplemente pensé que era celiaca. 

Me hicieron las pruebas pertinentes para ver qué pasaba, y los resultados llegaron el diciembre; para ser exactos el 20 de diciembre. No era celíaca, no tenía helicobacter pero sí tenía una hormona, la BH12 muy alta, y esta hormona se relaciona con el embarazo. Me hicieron un test rápido y salió positivo… fue un shock, pero como me hice un test a finales de agosto y salió negativo pensé que estaría de 2/3 meses pero no fue así…

Me enteré de que estaba embarazada en la semana 34

Volumen II: El golpe de realidad. 

Tras salir del médico, me hice otro test de farmacia, el cual volvió a salir positivo. Así que junto a mi pareja, nos fuimos a una clínica privada a hacerme una ecografía, necesitaba saber de cuanto estaba y que me explicasen cómo eran los trámites para abortar. 

Siempre querido ser madre y joven, pero no estaba preparada, no era el momento. Yo no tengo un trabajo estable, y tampoco llevo tanto tiempo con mi pareja como para formar una familia, y sabía que si tenía un bebé quería darle el mejor futuro posible. 

Pero la vida simplemente tenía otros planes para mí.

Y fue ese día cuando conocí un nuevo término, “embarazo críptico”. Un tipo de embarazo en el cual el cuerpo no sabe que está embarazado, el cerebro no lo sabe por lo tanto no le manda la información al cuerpo y no tiene síntomas. 

Se da en 1 de cada 8000 mujeres, sobre todo que tienen sobrepeso y ovarios poliquísticos. 

Salí de la clínica sabiendo que estaba embarazada de entre 32 y 34 semanas, y en un estado de shock de tal magnitud que tengo totalmente borrado qué pasó al salir de la clínica. 

Al día siguiente fuimos de urgencias  al Hospital Clínico de Madrid para que me hicieran otra revisión, simplemente para tener respuestas a esto que estaba pasando. Y en ese instante solo podía acordarme de todos los ginecólogos que me habían visto a lo largo de mi vida y me habían dicho que por mi peso me iba a costar mucho ser madre. Que iba a ser prácticamente imposible.

En esos momentos solamente podía sentir miedo. 

Me empezaron hacer pruebas y yo todavía no había salido del shock de saber que estaba embarazada. 

En mi cabeza lo único que podía pensar era como estaría mi hija, el miedo tan grande de saber si yo de manera inconsciente le había podido provocar algo malo. Pero como si fuera de película o como si la vida quisiera hacerme un regalo, a medida que me iban haciendo las pruebas y dando los resultados, íbamos viendo que la niña estaba perfecta e iba creciendo en mí la ilusión. 

Y de manera mágica, la tripa de repente me salió y empecé a notar a mi hija, notaba cuando tenía hipo, cuando me daba una patada… Sentía cosas que en ese tiempo nunca había sentido. En 34 semanas no había sentido NADA DE NADA, y ahora de pronto, todo se hacía realidad.

 

Volumen III: Un cambio de vida. 

Bendita psicóloga que me ayudó a salir del shock. 

Una vez supimos tras las pruebas que la niña estaba bien, parecía que todo iba a ser de cuento pero no fue así porque mi cabeza simplemente se dejaban llevar por la situación pero no estaba bien. 

Así que las maravillosas matronas del hospital me ayudaron dándome cita con la psicóloga. Yo que nunca había ido a un psicólogo y no sabía lo que me iba encontrar, me encontré a una persona que simplemente me ayudó a organizar mi cabeza y sentimientos. 

Porque en un mes y medio, tuve que asumir que iba a ser madre, y ya no había vuelta atrás. 

Socialmente se supone que todas las mujeres estamos preparadas para ser madre, que llega un punto en el que nos suena el reloj biológico, y a pesar de que yo quería ser madre, que tenía el apoyo de todo mi círculo, el miedo a no saber ser madre era más grande. 

Y así fue como un 5 de febrero, en un parto programado, porque para más gracia la niña no quería salir, nació Olivia. 

En un parto sin ninguna complicación, a pesar de que siempre había oído que cuando tenías sobrepeso los partos eran mucho más complicados. 

Y sobre todo teniendo en cuenta que yo no había recibido ninguna clase de preparación al parto, no tenía ni idea de cómo era el proceso de dar a luz, pero todo el equipo médico del hospital supo qué decirme y cómo hacerlo para que yo diera a luz de la mejor manera posible. 

Así que a todas las futuras mamás, a las que lo quieren ser pero les han dicho que va a ser complicado por su físico, o simplemente les está costando…el cuerpo humano es fantástico y la vida te sorprende cuando menos te lo esperas. Ojalá vosotras también podáis vivir este camino tan bonito.

 

@mrsmaarina