Anoche presenciamos uno de los momentos televisivos que más vergüenza ajena nos ha dado en los últimos tiempos. Y lo decimos nosotras, que somos aficionadas a desconectar el cerebro con las mierdas más grandes que nos ha dado la televisión porque nos parecen fantasía (somos así de posmo -guiño, guiño-). ¿Ya sabéis de lo que estamos hablando, verdad? Sí, de la aparición estelar del novio de María en la Gala de Operación Triunfo que ha eclipsado hasta la intensidad de Natalia cantando Coldplay o el flow de Famous. En el momento nos quedamos tan en shock que necesitamos consultarlo con la almohada antes de decidirnos a escribir algo y aquí estamos.

Imaginaos que os pasáis más de dos meses alejadas de vuestra familia, pareja y amigos porque habéis conseguido la oportunidad perfecta para intentar hacer carrera en la música y ese es el sueño de vuestra vida. Imaginaos que os morís de ganas de ver a vuestro chico porque, entre otras cosas, después de tanto tiempo os pica el chichi y ¡ay dios mío qué ganas de follar!… Imaginaos que sois María y veis aparecer a vuestro novio en el plató y os abalanzáis cual koalilla porque toda la emoción, la hormona y las ganas ahí en un momento. Hasta aquí todo normal. María es una tía muy espontánea y eso está muy bien.

Gran parte de los comentarios que oigo a mi alrededor son de incredulidad porque no se esperaban que María pudiera tener un novio tan tipei. ¿Sabéis por qué ocurre esto? Porque nos la han vendido como la gran feminista de esta edición (ella no tiene ninguna culpa de esto) y claro, ya se sabe que las feministas somos unicornios y no tenemos ninguna arista en nuestra manera de pensar/actuar. Personalmente me encuentro con un problema general en esto: la gran mayoría de las veces en los medios se confunde feminismo con empoderamiento y así nos va… que -¡ojo!- el empoderamiento es una parte fundamental para la lucha feminista, pero no lo es todo.

Pero vamos al lío, analicemos el comportamiento del novio de María más detenidamente (que por cierto me ha recordado mogollón al señor ese de la hipoteca a tipo fijo y que luego se dedicó a tatuarse a lo loco por dinero ¿os acordáis? pues me dice San Google que se llama Simón Pérez). Lo primero que podemos decir es que se le veía bastante nervioso y ahí se podría justificar un poquito la meada fuera del tiesto, pero creemos que es importante señalar determinadas conductas porque hay que saber donde se está y qué tipo de público que consume mayoritariamente este programa. Y no, no es ningún ejemplo para la juventud un muchacho que lo único que es capaz de decirle a su novia, que quizás sea una de las personalidades más frescas de esta edición de Operación Triunfo, es que está buenísima y que lo que más echa de menos es su culo así con mucho jijiji y jajaja. Porque con estas palabras (supongo que para muchas personas inofensivas) lo que está haciendo es cosificar a una chica que lo ha petado no tanto por su voz como por su actitud sobre el escenario. Pero si hasta María tuvo un momento de mirarlo con cara de «no, por favor», como suplicando algo de decencia…

«Eres un mantecón y estás buenísima por la tele, te lo juro ¿eh? Cada día estás más buena… no sé si es el fitness o por qué, pero cada día estás más buena»

Personalmente me indignaría mucho que mi pareja dijera eso delante de cientos de miles de personas pero claro, yo tengo 34 años y es posible que esté pecando de ser un poco abuela cebolleta por muy moderna que me crea. Está claro que a todas nos gusta sentirnos deseadas por la persona con la que hemos decidido compartir nuestras vidas y que dos meses dan para muchas ganas contenidas y blablabla… pero no es necesario dar tantos datos ni exponerla de esa manera tan brutal porque ahora lo que todos estamos pensando es en la noche de sexo desenfrenado que habrá tenido (o que tendrán en breves) en lugar de hablar del paso de esta muchacha por el programa.

Y no, lo machista no es decir que quieres follar con tu novia con la que llevas meses sin intimar. Lo machista son las formas en un contexto muy determinado… y robarle protagonismo a tu novia (muy probablemente sin querer y esto es algo que muchos chicos aún tenéis que trabajaros mucho) en uno de los momentos más tensos e importantes de su paso por el programa. Que quiero pensar que en el tema de las votaciones no influyó nada y que se quedó Marta por justicia divina, pero vete tú a saber…

Esta gala será recordada por este elemento, ya se ha convertido en #historiadeespaña (seguro que la cuenta de IG @esunescandalo ya ha guardado el vídeo a buen recaudo) y claramente «mantecón» ha pasado a formar parte de nuestro vocabulario desde ya, pero esperamos que sea para tomar nota y no volver a repetirlo… porque es eso, la espontaneidad es muy guay pero con sentidiño y con buena educación. Grasias.