¿Nunca os habéis planteado cómo vivirían las princesas Disney 10 años después? Es decir, cómo sería su vida tras esos «finales felices» de cuento que nos han vendido.

Imaginemos… ÉRASE UNA VEZ…

1.- La bella durmiente.

A estas alturas de la vida creo que no voy a destripar a nadie la película. Reina y Rey tienen una niña y una señora que vive con un cuervo (no seré yo quien hable de las filias de cada cual…) le echa una maldición que acojona tanto que deciden (ojo a la ideaza) mandar a la niña con 3 chaladas a vivir al medio del monte porque al parecer, se va a pinchar con una rueca.

Obviando que de darse esta situación ahora, los servicios sociales ya tendrían la custodia de la pobre Aurora…

Total, abrevio: Aurora se pincha, Maléfica lo goza, el reino entero se tira a dormir y entonces llega el príncipe. Que es así como un adolescente, barbilampiño, con un espadón que lo hace todo y se lía a espadazos con Maléfica que se convierte en dragón, la mata Y besa a la chiquilla. Esta se despierta y a los 3 segundos se da cuenta de que le ama a tope y se casan en poco tiempo.

¿Soy yo la única que ve que la relación de estos dos empieza MUY mal? Coño, que el tío la besa estando inconsciente. ¿Cómo va a acabar eso? Fatal. Aurora se casa con un tío que no sólo abusa de ella (porque recuerdo que si un tío me da un beso y yo no digo nada, es abuso) si no que ni lo conoce.

2.- Blancanieves.

El padre de Blancanieves, que estaba viudo, se casa con una señora que lleva mal el paso de la edad y que se obsesiona con la niña y quiere matarla. Y el padre, que debe tener menos luces que un semáforo, pues pasa de la chiquilla y se hace el longui y ni pregunta por ella en el resto de la película. Total, que Blancanieves huye, se mete en el bosque y se topa con 7 enanitos, que suena cuqui pero no, ya que todos tienen un trastorno límite de la personalidad (cada cual con lo suyo) y que no hacen ni el huevo, porque Blancanieves se tira fregando media película y está tan sola que habla con los animales la pobre.  Entonces la madrastra, que es bruja también, la envenena con la manzana roja (igualito que Adán y Eva y que nosotras siempre somos las pecadoras, ahí lo dejo también) y oooootra vez, el mozo con el caballo, la besa (sin consentimiento) y ¡hala! a comer perdices. Anda que no le gustaba a Disney un galán rancio…

Pues con los años, Blancanieves vivirá con 8 hombres, 7 enanitos y 1 castrón, que ni friegan, ni hacen nada, bueno, los enanitos al menos trabajaban en la mina… y la pobre acabará hablando con los gorriones, porque nadie la escucha.

3.- La bella y la Bestia.

La primera película Disney donde la “princesa” no era un jarrón. Bella lee y no quiere casarse con el macho alfa guaperas del lugar, lo cual la convierte en la loca del pueblo.  Entre estas que el padre se va un día con sus inventos en el carromato, le atacan los lobos y se cobija en un castillo del copón (que misteriosamente nadie conocía pese a estar en el monte de al lado del pueblo) y allí la Bestia le comenta lo que pasa si haces un allanamiento de morada. Vamos que le encierra de malas maneras en el torreón del castillo. Luego Bella encuentra  a su padre, se queda a vivir ella allí y poco a poco se enamora de la Bestia.

Tengamos en cuenta que la Bestia al final es muy cuqui, pero hablamos de un tío que tiene un meigallo encima por tener cero compasión de una anciana una noche de frío y que tiene más mala hostia que un gremlim mojado. Y ya os digo que: la gente no cambia, solo de adapta…

Pues que queréis que os diga, en unos años Bella acabará con Bestia en terapia de pareja por el carácter de este y porque el tipo probablemente la quiera mantener aislada en el castillo, para evitar que se le “metan ideas” en la cabeza a la pobre chica.

Visto esto sólo puedo decir que, en Disney, FROZEN ES LA JEFA. Soltera, con pelazo y con un castillo que te caes de culo y que aún encima, si no le gusta, con un golpe de esa mano con poderes  cambia toda la decoración y hasta de modelazo en 3 segundos. Es mi diosa.

En conclusión:el príncipe azul DES-TI-ÑE, busquemos hombres reales del color que sean y que nos quieran no solo mucho sino también bien.