¿De qué sirve ser deportista de élite si solo te ven como una madre?

Ona Carbonell, capitana del equipo de natación sincronizada de nuestro país y medallista olímpica, se ha visto obligada tener que elegir entre su familia y los juegos olímpicos.

Se ve que los japoneses no dan de mamar a sus hijos, porque no se entiende que te hagan elegir ser una buena profesional o una buena madre.

Muchas mujeres viven cada día lo que está sufriendo ella. Es imposible no sentirte fatal al tener que tomar una decisión que te hace sentir culpable la mires por donde la mires.

Puede que el problema de todo reside en que no es comprensible para todos los públicos que ella quiera seguir con la lactancia de su bebé. A pesar de que ha contado con mucho apoyo de diferentes federaciones, sus entrenadores, familia y amigos; los organizadores de los juegos olímpicos le dieron un no como respuesta desde el minuto uno.

Una vez más tienes un problema si quieres ser mamá y algo más.

Lo que más le aplaudo a esta campeona es su saber estar y naturalidad a la hora de comentar el problema. Yo hubiera sacado la bicha de mis adentros y no hubiera mantenido la compostura, pero Ona Carbonell ha hecho un vídeo que tiene casi medio millón de visualizaciones donde explica la situación y la dura decisión que ha tenido que tomar, mientras amamanta a su hijo como siempre.

¿Te preguntas por qué ha sido tan importante este testimonio? La respuesta es muy sencilla. Solo se trata de una mujer luchadora más que quiere visibilidad a una parte de la crianza que se supone que tenemos que dejar atrás.

¿Ha pensado alguien en lo que puede suponer para ese bebé estar sin su madre casi un mes? Puede que parezca una exageración, pero igual no se ha caído en la cuenta de que ese niño va a cambiar sus hábitos durante un tiempo y su madre va a estar atacada pensando en si estará bien o no.

Seguro que alguien se habrá preguntado por qué no se ha tapado el pecho mientras hablaba, pues mira cariño, porque no es un crimen dar teta, es un derecho y algo que debería estar permitido. Solo con el simple hecho de que ella se haya tenido que quejar por algo que es tan obvio, te da que pensar que estamos involucionando a pasos agigantados.