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Yo vengo de probar esta semana unas compresas reutilizables que además de hacer que te ahorres dinero, ahorras en plástico para nuestro beloved planeta que falta le hace. Como todo producto que se precie estas compresas tienen cosas buenas y cosas malas. Yo al final he llegado a la conclusión de que son maravillosas para poder utilizarlas durante la noche, pero que para el día a día son un poco meh.

compresas ecológicas

Vienen siete en el paquete, cada una con un estampado distinto, los hay muy monos, los hay muy cutres, aquí tenemos para todos los gustos. El grosor de la compresa es enorme, o sea, son súper absorbentes y esa es la parte que menos me ha gustado de todo. Una vez que te las pones, notas que las llevas puestas. De hecho en el momento en el que me coloqué la primera y salí del baño mi compañera de piso me preguntó ‘qué te has puesto en el culo’. Y fue como… jeje, un pañal.

Por eso os digo que lo de salir a la calle con ellas, pues me parece un poco de valientes, que si te la suda lo que piensen o llevas vestidos pues será maravilloso, pero para mí, es un poco incómodo. Ahora bien, las he usado cada noche esta última regla y what a maravilla. Como son enormes no se sale la sangre por ningún lado, ni por delante, ni por detrás. Absorben todo lo que les eches y más, magia pura, en serio.

Además cuentan con la maravilla de su botón, que te las hace con alas. Tú te las pones en las braguis y puedes decidir si las quieres con o sin alas dependiendo de a dónde ates el botón, si a tus braguis o a sí mismas, idea genialísima real.

Luego una vez que las has utilizado, ¿qué haces? ¿Cómo se lavan las compresas ecológicas reutilizables?

Pues mirad, para mí este fue uno de los mayores inconvenientes que noté antes si quiera de llegar a usarlas. ¿Qué hago? ¿Las meto en el cesto de la ropa sucia llenas de sangre con el resto de la colada? ¿Las guardo aparte en una bolsa de plástico? ¿Las lavo en cuanto termine de usarlas para que la sangre no se pegue? ¿No olerá todo muchísimo y será un asco?

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Pues no, nada de eso. Encima estoy súper orgullosa porque encontré yo sola la solución sin necesidad de tener que entrar a internet a buscar cómo mierdas gestionaba su uso. Resulta con el botón mágico para alarlas, también puedes doblarlas en cuatro y así guardarlas. Tanto antes de usarlas para que ocupen menos espacio, como después para que la parte de la sangre esté aislada y así ni huelan tanto, ni manchen nada.

Además te vienen con un bolsito maravilloso dentro del cual caben casi todas si las doblas así.

Conclusión: es producto buenísimo, ahorras dinero y contaminación. Son súper absorbentes, súper fáciles de lavar, guardar y transportar. El único ‘pero’ que les veo, es su grosor, cosa totalmente entendible por otra parte, pero a efectos prácticos a mí es lo que más para atrás me echa de su uso y disfrute.

Ya os digo, que a partir de ahora yo las usaré cada noche y eso que me llevo, son muy cómodas y prácticas.

 

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