Esto es lo que pasa cuando empiezas a rememorar tu infancia, que cuando haces pop, ya no hay stop. Y es que debe ser que estas fechas me ponen nostálgica, pero fue empezar a recordar los juguetes de mi infancia y continuar a rememorar las películas con las que crecí. Así que aquí os traigo las que para mi, fueron NUESTRAS películas de los 90. Y contrastadas oye, que llevo tantos días hablando de este tema que ya estoy planeando organizar el día oficial de los 90. A ver si tengo suerte este año y puedo estrenar mi deseado cocodrilo sacamuelas.
En fin, a lo que vamos, ahí va mi lista:
- La historia Interminable. ¿Quién no ha querido volar nunca encima de Fújur? ¿Y el momento de la muerte de Atreyu? ¡Qué drama! En verdad estabas toda la película sufriendo, por que Fantasía molaba mazo y teníamos que salvarla. Pero en verdad, era un sufrimiento continuo.
- Wilow. Caballeros, princesas y brujas. Súmale un bebé abandonado que tenía que ser salvado de una reina horrible que quería destruir el mundo, y ya lo tiene todo para ser un exitazo. Uno de los clásicos de nuestra infancia que nos introdujo en el género de la fantasía.
- Gremlins. De esta películas recordarás siempre las tres normas básicas: 1. No les des de comer después de medianoche, 2. Nunca les mojes. 3. Procura que nunca les dé el sol. Y si no las recuerdas es que no la has visto las suficientes veces. En mis orígenes adoraba a Gizmo, pero los bichejos verdes fueron los protagonistas de mis primeras pesadillas. Por su culpa me tiré años mirando debajo de la cama.
- Hook. ¡Esta no podía faltar! Yo no sé vosotras, pero mis padres también estaban muy ocupados y me sentía identificada con los protagonistas. Bueno, eso y que yo también quería vivir en un mundo en el que sólo con la imaginación comías toneladas de helado y todo era pura diversión.
- Los Goonies. ¿Hay algo mejor que esta película? Aventura y misterio al más puro estilo clásico. Un grupo de amigos de lo más variopinto, un mapa secreto, un tesoro, unos villanos malvados y un monstruo que acaba siendo de lo más tierno. Si sois tan fans de esta película como yo, entrad en Netflix y empezad «Stranger things» a la de YA.
- Regreso al futuro. Enserio, me da igual cuál de las tres, ¿Soy la única que sigue esperando que inventen el aeropatín? Y es que todos queríamos tener la suerte de Marti Macfly y encontrarnos con Doc y su DeLorean para ir a vivir mil aventuras.
- Jurassic park. La banda sonora nos acompañará por el resto de los siglos. ¡Si es que lo tenía todo! Yo de esta película aprendí dos cosas: Que la naturaleza siempre gana y que lo peor que te puede pasar es cruzarte con un velociraptor. ¡Si es que tenían una mente prodigiosa y encima abrían puertas y todo los cabrones!
- Los cazafantasmas. Tiriririri, Ghostbusters! Si no has leído estas primeras palabras cantando a pleno pulmón la canción, es que no eres una de las mías. Aunque reconozco que si no fuera por Moquete y que los protagonistas eran capaces de salvar el mundo y de hacerte reír al mismo tiempo, me hubieran acabado dando un poco de miedito.
- ET. Esta es mi película por excelencia. Es la primera película con la que lloré. Y no de miedo, si no porque ET finalmente vuelve a su planeta. Aún recuerdo la cara de susto de mi madre cuando empecé a llorar a moco tendido. Y es que yo quería que ET se quedara. Tanta lucha para que el desagradecido se fuera. Mi primera bomba de humo y me pilla tan pequeña.
- El rey León. Vale, aquí podría nombrar muchas más de disney, pero esta fue un boom. Y además, tiene a Timón y Pumba y un lema que la gente se tatúa y todo: Hakuna matata, vive y deja vivir. ¿Hay lema mejor? No. Y punto. Sólo os diré que una de mis mejores amigas no la ha visto nunca y aún me planteo cómo puede seguir siendo mi amiga con esta mancha en su historial.
- Batman. Y no me refiero a las de Christian Bale, que estas todas sabemos cuáles son ¿Verdad? Por eso de que tienen un gran director y tal (ejem, ejem, guiño, guiño). Me refiero a las de Tim Burton. Esas películas oscuras con personajes como El pingüino y Catwoman y que volvieron a situar a Batman en lo más alto. Yo reconozco que mi pánico a los gatos nació en las escena en la que Michelle Pfeiffer es devorada por sus gatos. Esas cosas marcan, qué queréis que os diga.
- Karate Kit. Todos aprendimos a hacer Karate con las enseñanzas de nuestro sensei el señor Miyagi. Dar cera, pulir cera. Aún no sé cómo Daniel Russo sale vivo de sus batallas.
- La familia Adams. Las locas y malvadas aventuras de esta familia me mantenían totalmente atrapada. ¿Lo mejor? Que iban de malotes, pero aprendías lo que significaba el valor de la familia en toda su esencia.
- Cariño he encogido a los niños. Por no nombrar la de cariño he agrandado al niño. Un padre científico un poco desastre. Con eso lo digo todo. Risas y diversión aseguradas.
- Solo en casa. ¿Quién no ha aprendido a construir trampas ingeniosas con estas películas? A mi primo y a mi nos costó caro, pero es una de las anécdotas favoritas de mi familia. Estas me encantan hasta ahora con 32 tacos. Es que es verlas y empezar a reír a carcajadas.
- Mi chica. Ternura en estado puro. Este fue mi primer drama romántico. Además, en versión infantil. Creo que es la segunda película con la que lloré, no digo más.
- Las tortugas ninja. Yo reconozco que era muy fan de las tortugas ninja y no sólo de la película, sino también de la serie. Y aunque reconozco que quizás no es tan conocida, estoy bajo amenaza de muerte de mi churri si no la pongo en mi lista, así que ahí queda.
Y podría seguir y seguir, pero no quiero daros tanto el coñazo con mi nostalgia. Aunque también podría nombrar: Bethoven, Este chico es un demonio, Jumanji, Mira quién habla, El peque se va de marcha….
¿Y para vosotras? ¿Cuáles son vuestras películas de la infancia?