Cuando tienes hijos hay cosas que siempre se dan por supuestas, y una de ellas es que si es niña le tocará llevar pendientes pero… ¿y si esa princesa no lleva pendientes?

No sé si os lo habéis planteado alguna vez, pero tengo una amiga que lo tuvo clarísimo y decidió no ponerle pendientes a su hija.  Sin embargo, hay otras mamis que están en ese dilema porque se plantean varios pros y contras al respecto.

Por un lado, si le haces los pendientes nada más nacer (o al tener pocos meses de vida), no se enteran tanto del dolor o no tienen memoria para decir: “¡cuánto dolor pasé!”

No obstante, el colocarle a una niña pendientes porque es niña, da lugar a plantearnos lo siguiente: ¿Hay una norma no escrita en la que las niñas tengan que llevar pendientes obligatoriamente?

Está claro que cada uno decide si sí o no le pone pendientes a su hijo, ya sea chico o chica (porque hay chicos con pendientes en las orejas, pero no se les hace desde pequeños), pero si una madre decide no hacerlo, el resto la critican.

Esto lo sé por la amiga que os comentaba antes. Un día íbamos las dos con la niña en el carro, la nena vestida de florecitas y vestido y una señora de su pueblo le soltó: ¡Qué niño más bonico!

Mi amiga, con una seriedad y una voz contundente le dijo: “No señora, es una niña, ya se lo dije ayer”. La señora, ni corta ni perezosa se la devolvió y dijo: “Ay, como no lleva pendientes, siempre pienso que es un niño.”

Leticia Dolera tiene un capítulo en su obra “Morder la manzana” en el que habla de esto mismo, de que es una costumbre social lo de poner pendientes a las chicas al nacer, mientras que a los chicos no se les hace. De hecho, pregunta al principio de este fragmento si tú como futura madre le pondrías pendientes a tu hija. Si lo piensas bien, ves que no hay igualdad, porque si así fuera, todos los infantes los llevarían, o quizás ninguno.

Sinceramente, yo sí que le pondría a mi hija pendientes, porque me gusta más la joyería que a Rosalía unas uñas de gel, pero es cierto que parece una marca que te hacen al nacer para que te puedan distinguir, y eso ya no me atrae tanto.

Por otro lado, otro dato que me hizo pensar en ello es que los pendientes empezaron siendo algo moderno para los hombres, de hecho, quién no ha visto a un pirata con pendientes. Lo curioso es que a partir del S. XVIII se pusieron de moda en las mujeres y, según he leído e investigado, al parecer esto sucedió porque en el lóbulo de la oreja tenemos el cerebro. Este dato se conoce cuando hablamos de auriculoterapia, que es un tratamiento que se hace poniendo semillas en la oreja para presionar puntos nerviosos con la intención de tratar todo tipo de patologías físicas, desde dolores lumbares, control y pérdida de peso hasta los dolores menstruales.

¿Puede que por eso fuera necesario perforar? ¿Así nuestras cabecitas funcionarían de diferente forma? ¿Quizás se hizo con la intención de hacer sumisa a la mujer?

La verdad es que es un tema que no deja indiferente a nadie, porque no caemos en que este elemento ornamental igual no nos deja ver con total claridad.

Mi amiga siempre dijo que dejaría lo de los pendientes a elección de su hija, ya que desde el principio nacía libre y quería que ella decidiera en su edad adulta si los quiere llevar o no, pero estoy segura de que lo que ha intentado hacer es romper esa norma de que las niñas llevan pendientes para estar más guapas, porque sin ellos también puedes brillar.

LauriLuu Fisher