Nadie habla de cuando esto por primera vez te pasa
te miras al espejo y una imagen te sobrepasa
tu chocho peludo desde abajo te mira
y poco a poco tu cuerpo se va llenando de ira.
¿¡Pero cómo puede ser?! ¿¡Esto cuándo ha pasado?!
El tiempo corre para todas y tú no lo habías notado.
Te mira desafiante, inminente
Poco a poco hace explotar tu mente.
Es blanca, no se esconde,
puedes llamarla como quieras,
pero cana es su nombre.
Cana blanca y puntiaguda
y no está en tu cabeza, de eso no hay duda.
Tienes un pelo blanco en todo el chochote,
ya puedes empezar a pensar si quieres ponerle mote.
Es algo que a toda mujer le pasa,
sea gorda o sea flaca.
La edad a nadie perdona
y pensándolo bien tu chocha de blanco también está mona.
Aquí amamos las estrías, los granos y las canas,
son la clara señal de que estamos vivas y sanas.
Encontrarte con ella en realidad es motivo de celebración,
estás a tope y una cervecita se merece la ocasión.
Amemos nuestros cuerpos tal y como son,
incluido el envejecimiento de nuestro fresón.
Hemos venido a este mundo a amarnos enteras,
así que fuera dramas y a mover las caderas.