Desde que la descubrimos la amamos, nos representa más que nadie y la adoramos, así que es normal que estemos contando los días que faltan para volver a compartir aventuras con ella.
– Porque ella se ve (y es) divina.
– Porque es más buena que el pan.
– Porque come torreznos, donuts y lo que salga de lo más grande con el dedito estirado. Jamás pierde la clase y eso dice mucho de ella.
– Porque lucha por lograr sus objetivos.
– Porque si está contigo, lo está a muerte.
– Porque tiene una jeta tan evidente que no podrías enfadarte jamás con ella, si no que te tienes que partir.
– Porque es consciente de su valía y su poder de convicción, y no necesita un físico normativo para llegar lejos.
– Porque es capaz de acabar viendo lo bueno hasta en las cosas malas que le pasan.
– Porque es un absoluto desastre con las nuevas tecnologías. Sí, nos fascina que alguien lo reconozca, que parece que todos hemos nacido con la tablet pegada al dedo y no.
– Porque habla spanghlis como si fuera bilingüe. Se hace entender, nos quedamos con eso.
– Porque le quedan los traje chaqueta mejor que a Anita Obregón.
– Porque bebe Larios y sigue viva.
– Porque es consciente de sus limitaciones y está dispuesta a aprender de sus errores y avanzar.
– Porque es irresistible para los hombres de la tercera edad y eso lo comprendemos muy bien las gordas.
– Porque tiene contactos hasta en el infierno.
– Porque ama su tierra y cada vez que vuelve a Navarrete lo hace a lo grande.
– Porque habla de sexo mejor que las sexólogas de WLS.
– Porque cuando está de bajona se hincha a comer mierda y no lo oculta.
– Porque es capaz de sacar lo mejor de los demás.
– Porque confía en ella misma aunque nadie lo haga.
– Porque tiene «el traje de los eventos», lo que vendría a ser el LBD al que recurrimos cuando no sabemos qué ponernos y queremos dejar boquiabierto al personal.