Voy a empezar diciendo que la venganza está infravalorada. Que en esta sociedad Mr Wonderful parece que querer vengarte es ser un ser despreciable lleno de ira que solo quieres el mal. Pues mira, voy a decir una cosa bien clarita en palabras de mi psicóloga: “cuando te hacen daño es normal que tu cerebro reaccione queriendo dañar también”. Normal no quiere decir que sea lo mejor, pero que tampoco somos marcianos porque, después de una putada, queramos vengarnos.
Podemos no hacerlo, por supuesto, y hacer todas esas cosas maravillosas y blancas que la gente quiere: perdonar, poner la otra mejilla, pagar la terapia para superarlo, no desear nada malo. Pero, ¿tú te crees que en la selva, un león se come a un cervatillo y su madre está en plan: nada voy a poner la otra mejilla, todo bien, good vibes. No, la madre le da un cabezazo al león que se queda tieso. Y nosotros, bastante cercanos a los animales, vivimos un momento en el que parece que decir en alto que tal persona es una cabrona y que ojalá le den ladillas de grado 8 es ser abominable.
Pues yo le deseo ladillas a mucha gente, y que les de diarrea follando y manchen a su amante de lodo. Ciertamente solo deseo cosas pequeñas, pero un punto justo de venganza yo creo que es revolucionario, sinceramente. Yo recomiendo a todas mis amigas que si alguien les hace daño, respondan con el mismo grado de intensidad y maldad que han recibido, y normalmente los otros se quedan flipando. La gente hace el mal esperando precisamente que la persona que lo sufre no reaccione de forma agresiva, que no busque el mal de vuelta, que ponga la otra mejilla. Yo opino que demasiada gente ahí fuera se aprovecha de estas almas buenas para joderles vivos, porque saben que no van a reaccionar. Y ya no estoy hablando de alejarles de tu vida o pegarles un block que se queden tiesos, eso seguramente lo vean venir. Hablo de vengarse, de joderles, de armar un plan para fastidiarles algo de su vida. Qué persona más horrible soy, diréis, pero niégame tú ahora que según estaba contando esto no estabas pensando en alguien concreto de tu vida al que le harías una petit putada. Amos no me jodas, todo el mundo tiene alguien al que le gustaría haberle jodido una poca. Si la venganza se sirve en plato frío, el rencor va en copa helada. Así hice yo con, llamémosla, Antonia.
Muy resumido, Antonia era mi mejor amiga y me hizo muchas putadas durante mucho tiempo en el cual a mí se me acabó la paciencia. No me pongo a detallar qué porque no importa demasiado, solo pensad en traiciones abismales a la amistad, sea lo que eso implique para vosotras, para mí esto que me hizo lo era. Un buen día decidí mandarla a la mierda, y ¿qué hice? ¿Bloquearla respetuosamente con un emoji feliz de despedida? ¿Decirle amablemente que no quería continuar nuestra amistad? No, definitivamente eso no.
Cogí y le mandé un whatsapp lleno de rencor diciéndole lo hija de putero que había sido conmigo, que no quería volverla a ver en la vida y que me daba pena su actitud. Escribí punto por punto cada putada que me había hecho y cómo me había sentido yo, la insulté un poco y pa casa. ¿Me arrepiento, 5 años después, de ese mensaje? Nunca. ¿Me hubiera quedado igual de agusto si simplemente la hubiera bloqueado? Lo dudo mucho hermanas. Tengo amigas con inquinas y rencores acumulados desde 2003, por dios así no se puede vivir. Dos cositas bien dichas a tiempo y se queda una agustisimo, palabrita. Porque si no, la venganza se convierte en rencor, y a la larga es más difícil de gestionar.
Por supuesto, también recordar que no hay mejor venganza que que esa gente vea que te va todo de puta madre. Esa sensación, buah, esa sensación es igual de orgásmica que un satisfyer en nivel de vibración 6. Y tú, puedes seguir guardando rencor, acumulando año tras año, fingiendo que no está ahí, haciéndolo pequeño, tapándolo con frases positivistas vacías, o la próxima vez que alguien te haga una putada, puedes ir y decirle cuatro cositas bien dichas, armar un motín o liar alguna. Lo dejo a tu elección.
Te Falta Perreo