El “dirty talking” es, básicamente, decir guarradas durante el sexo. No tiene mucho misterio. Sin embargo, es una práctica un poquito invisibilizada porque a priori da corte decir que te pone que te llamen perra en la cama. Sobre todo, en una primera cita.

Para arrojar un poquito de luz sobre el asunto le hemos pedido a 5 personas que nos cuenten qué es lo que les pone oír y las respuestas nos han parecido TAN maravillosas que teníamos que compartirlas con vosotras sí o sí.

Mari Jose, 38 años. “Me gusta que me digan que soy una puta”

Esto no se lo he contado a casi nadie. Sé que parece muy incongruente que me guste que me llamen puta, pero que luego me considere feminista. Yo creo que no tiene nada que ver.

Simplemente me gusta desinhibirme en el sexo. Son sólo fantasías, palabras, y siempre dichas desde el respeto. Me gusta que me arañen, que me agarren del pelo y que me digan que soy su perra, su puta o su zorra. No sé, es algo que siempre me ha excitado. ¿Tiene algo de malo?

Julia, 25 años. “Soy de Murcia, pero me gusta que me llamen mami”

Es una gran putada, porque un tío de Murcia, de Galicia o de Andalucía no te va a llamar “mami” en medio de un polvo. Vamos, es que ni de coña. Les resulta raro, les corta el rollo. Por eso suelo buscarme ligues latinos, porque para ellos esa expresión es más común.

Mario, 32 años. “Me gusta que me insulten”

Creo que soy un chico que liga mucho. No sé si por belleza o por carisma, pero cuando voy a un bar suelo volver a casa acompañado. Puede que esto se deba a que no tengo un tipo concreto. Me gustan todos los chicos: altos, bajos, rubios, morenos…

La verdad es que me da un poco igual lo qué me digan mientras sea un insulto, y cuanto más original sea mejor. El problema es que el 99% de las veces que le digo a un tío que acabo de conocer que me pone que me insulten, se queda con cara de “¿Qué me estás container?” y no se atreven.

Ana, 21 años. “O narran lo que me están haciendo o no me pongo cachonda”

A mí me gusta que vayan contando lo que me están haciendo. Por ejemplo: “Te voy a acariciar el clítoris poco a poco y después voy a apoyar mi lengua sobre él…” Es como mezclar el sexo con la literatura erótica, y de verdad que es un placer inmenso para los sentidos.

Es como si estimulases tu cuerpo y tu cerebro a la vez. Os lo recomiendo.

Luis Ángel, 22 años. “Me gusta decir cosas, pero no que me las digan”

Yo creo que no me gusta que me digan cosas porque no he conocido a ninguna chica que lo hiciese con ganas. Quiero decir, si a una tía no le gusta decirme guarradas tampoco la voy a obligar, no quiero que haga algo con lo que esté incómoda. El problema es que alguna vez lo han intentado, pero queda tan forzado que no me termina de gustar.

 

Y cómo no estamos aquí para juzgar a nadie, sólo podemos flipar un poquito con la variedad que hay por el mundo.

¿A ti te mola que te digan guarradas o cuánto hablen mejor?