Hoy vengo a reflexionar sobre un tema que últimamente se me viene a menudo a la mente, y que esta mañana he visto en el perfil de Natalia Lozano y he pensado: ‘pues voy a escribir sobre ello’.

Y es que con todo este boom de las tallas grandes y el body positive la industria ha conseguido engañarnos. O bueno, debería decir engañaros, porque gracias a dios yo ya he caído del guindo y espero que todos lo vayamos haciendo poco a poco.

Parece que las gordas están en todas partes y que por fin vamos teniendo nuestro espacio, pero si os paráis a pensar… ¿Habéis visto a alguien que no sea Ashley Graham en la portada de una revista? ¿Os habéis parado a pensar que casi siempre cuando sacan modelos XL las hacen salir desnudas? ¿Contratan a influencers gordas para campañas que no estén directamente relacionadas con ropa de talla grande? 

Pues eso. Que al final las gordas venden cosas de gordas, pero para promocionar artículos de belleza, de lifestyle, de decoración, el modelo de belleza sigue intacto. Las Dulceidas y las Lauras Escanes (más allá de eso me cuesta diferenciar porque me parecen todas clones) promocionan en su bikini de la 36 todo lo promocionable. Y oye, eso está estupendo, pero no queráis engañarnos diciendo que el body positive es lo más y que estamos avanzando cuando no es cierto.

En Estados Unidos el cuento es diferente y sí se ve algo más de diversidad en campañas generalistas. Lo mismo con Reino Unido, donde bloggers XL como Callie Thorpe o Danielle Vanier protagonizan anuncios de champús y se van con Pinterest de viaje. Porque joder, ellas representan a un sector de la sociedad que además de comprar bandelettes y necesitar la talla 50, también consumen otro tipo de productos y ellas son las perfectas prescriptoras para hablar de ellos.

 

Lo mismo en los medios de comunicación, en las películas y en las series. Las actrices XL siguen haciendo de gordas, como si no pudieran hacer de MUJER Y YA. Las humoristas gordas se dan a conocer haciendo chistes sobre su peso y las presentadoras gordas… ah, no, que no hay.

Con esto quiero decir que la moda de las tallas grandes en España sigue siendo eso, una moda. Empresas como Inditex imprimen logos de DIVERSITY en sus camisetas, de las que luego no puedes encontrar más talla que la M. Y las marcas cogen ‘a una negra, a una gorda y una embarazada’ para hacer un anuncio puntual y dárselas de body positive.  Pero a la hora de la verdad siguen invirtiendo el 99% de los presupuestos de publicidad en modelos que cumplen el canon y alimentan así la rueda, que al menos por ahora no tiene pinta de parar.

 

Redacción WeLoversize