‘Culo veo, culo quiero’

Con esta maravillosa cita de mi abuela empiezo este relato que pasó por mi vida hace casi 10 años.

En aquel entonces, estaba con un chico al que le faltaba un poco de brío. A día de hoy, me doy cuenta de que era bastante aburrido. Sé que los planes caseros están bien, las tardes de peli y manta, pero para mi gusto le faltaba sangre en las venas.

Como no está bonito decir nombres, vamos a llamar a este muchacho por el mote con el que le bauticé tras la ruptura, Don Croqueto.

Mi querido Don Croqueto me dio muchas alegrías, pero también me mataba y remataba sus aires de grandeza y de querer copiarse de sus amigos. Un compañero del colegio se compró un coche, pues él se planteó comprarse uno nuevo cuando el suyo tenía poquitos años y casi nada de rodaje. Otra amiga se había traslado a una casa de campo, pues el muchacho de repente quería reencontrarse consigo mismo viviendo cerca de la montaña. Y así suma y sigue.

La gota que colmó el vaso fue cuando empezó a sentir pelusilla de los protas a los que seguíamos a través de la pantalla. Allá en el 2012 de entre las series que nos entretenían teníamos Dexter, Glee y Cómo conocí a vuestra madre. Sí, lo sé, es una mezcla muy chachi.

La cuestión es que dio la casualidad de que, de repente, muchos de los personajes iban a ser o habían sido papás. Personalmente, no es algo a lo que le diera importancia, porque no dejan de ser historias para que la gente se entretenga.

Pero se ve que para él no fue así. De repente estaba mucho más cariñoso, tenía detallitos románticos conmigo, estaba en plan trovador y lo único que quería era follar, follar y follar. Esto último me parecía maravilloso, pero me descuadraba porque no era normal en él.

Una noche, en medio de la pasión, me soltó con sutileza: ¿Qué te parece si no usamos hoy condón y buscamos un bebé?

No te haces ni una idea del susto que me dio al decir eso. Como vio que mi cara mutaba por segundos, siguió con sus argumentos: Si Dexter es papá, yo también puedo serlo, y me encantaría tener un peque al que enseñarle cosas.

¿Tú crees que después de eso voy a querer ponerme a hacer niños como una loca?

Yo el instinto maternal lo tenía a menos 20 en aquella época, pero ahora estoy a menos 50, pero el que un personaje de ficción tenga un hijo, no es suficiente para que tú también quieras. Piensa que un niño es un gasto, es un paso muy importante en la relación y lo tenía que parir yo. Si lo hubiera tenido que hacer él, ni lo hubiera propuesto.

Como puedes imaginar, el polvo se acabó cuando le dije que esa decisión se debe meditar y no se puede tomar así porque así y menos tomando como referencia a un personaje de ficción que ni siente ni padece.

Ni a Dexter y a la mamá de su bebé les preocupan la conciliación, cómo llegar a fin de mes y los 15.000 inconvenientes que ves en eso de ser madre de la noche a la mañana. 

Menos mal que quiso imitar a Dexter en eso de ser padre y no en ser un virtuoso en el crimen, porque si no, no podría contar esta experiencia que sigue dejándome sin aliento.

 

Anónimo

 

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