Lo cierto es que aún llevando más de dos décadas en el siglo XXI hay ocasiones en las que parece que no hemos evolucionado nada. Y es que para demasiadas personas de esta sociedad las mujeres todavía tenemos que permanecer relegadas a esa imperiosa necesidad de traer niños al mundo. Poco les importa nuestra situación personal, el cómo nos encontremos nosotras, si realmente contamos con ese sentimiento maternal o no. Una mujer que alcanzados los 40 no se ha planteado ser madre es, para muchos, una mujer vacía o sin principios, egoísta para muchos y para otros tanto, antinatura.

De ahí que en esta ocasión hayamos decidido centrarnos en ellas, en esas chicas que optaron por no tener hijos y que, de un modo u otro, han tenido que lidiar contra los comentarios o las preguntas indiscretas de muchos. En ese momento en el que simplemente no se tendrían que dar opiniones de ningún tipo, y las hay, vaya si las hay…

Miranda, 43 años

‘Yo decidí no ser madre cuando me vi a mis 36 años estrenando el puesto de trabajo por el que había luchado toda mi vida. Una tarde mi marido y yo estábamos tomándonos una cerveza en una terraza, tenía cero preocupaciones en mi cabeza, todo era paz y alegría, sin más. Entonces le dije que esa era la vida que había buscado desde siempre y que así quería seguir. Él me dio la razón por completo y de alguna manera confirmamos que no estábamos hechos para ser padres. No anuncié la noticia a bombo y platillo ni muchísimo menos. Pocos días después de aquella tarde mi madre me dejó caer que ahora que ya tenía el trabajo de mis sueños quizás tocaba lo de ser madre, y muy tranquila le dije que no lo esperase porque eso no iba a pasar. Estuvo casi un mes sin dirigirme la palabra porque, según ella, le había fallado por completo como hija.’

María José, 30 años

‘Lo mío es prácticamente el clásico entre los clásicos. Nunca he sido una persona a la que le gusten los niños. De hecho soy más bien el Grinch de la maternidad porque en seguida me estresan, me ponen muy nerviosa y me molestan. Entiendo que son niños, que todos lo hemos sido y que hay que tener paciencia con ellos, pero eso es algo de lo que yo carezco y por lo tanto no valoro en absoluto hacerme cargo de uno. Cuando me fui a vivir con mi novio las bromas generales giraban en torno a que ya nos tocaba tener un hijo, de alguna manera cada vez que me dolía algo o estaba indispuesta las respuestas eran que ahí se venía el bebé… Hasta que un día un poco hasta las narices dejé claro que en mi útero no se gestaría jamás un bebé. Era un tema del que no había hablado con mi novio, craso error, y él se quedó algo cortado cuando lo dije tan tajante. Después lo escuché a él, que dijo que tampoco lo había descartado de aquella forma, pero que se podía esperar esa respuesta por mi parte conociendo mi posición hacia los niños. Mis amigas a día de hoy me siguen diciendo que seguro que cambiaré de parecer con el tiempo, que lo que me ocurre es que soy una inmadura.’

Sara, 37 años

‘Estoy pasando justo por esa época en la que todas mis colegas están pariendo sin cesar. Se han debido poner todas de acuerdo para follar a la vez porque en solo un par de años nuestro grupo ha traído al mundo a 4 bebés. Yo estoy soltera, feliz y disfrutando por completo de mi independencia. Que no digo que ellas no lo disfruten, pero por mi parte me encuentro perfectamente en el punto en el que estoy. No hace mucho quedé a comer con mi hermana y con mi madre, venían también con ellas mis dos sobrinos de 7 y 5 años a los que adoro por encima de todo pero que me estresan lo más grande cuando estamos en un lugar público. Mi hermana parece contar con una función exclusiva de madre que le permite beberse tranquila una cerveza a pesar de ver a sus dos hijos haciendo lucha libre en medio del bar. Y mientras yo sudaba del estrés en esto que mi madre me pregunta si tengo pensado sentar cabeza, me lo dice a mí que a mi edad soy la responsable de sección de una multinacional y vivo independiente desde los 25. Me dice que a ver si encuentro pareja de una vez para poder tener hijos, y yo lo único que hice fue señalarle a aquellos dos monstruitos y pedirle que por favor disfrutase de los que ya tiene, que estaba pasando de ellos mucho.’

Arantxa, 36 años

‘A mí me aburrieron de tal manera en mi familia con el tema de la maternidad que no tuve más remedio que enviar un comunicado en el grupo de WhatsApp de la familia. Me sentía ultra presionada con este tema porque todo el mundo daba por hecho que al haberme casado hacía ya algunos años era lo que tocaba y que a ver qué estaba pasando. Exploté a los pocos días de que mi hermana pequeña diese la noticia de su embarazo, porque claro, a ver cómo va a estar ya embarazada la hermana pequeña y yo no. En lugar de celebrar que mi hermanita fuese a ser madre me dio la impresión de que el tema era que por mi parte no había interés alguno, como si se me hubiera olvidado hacer algo en esta vida. De hecho mi tía, con la que siempre tuve muy buena relación, llegó a escribirme preguntándome si todo iba bien o si es que no podíamos tener hijos y nos daba vergüenza contarlo. Redacté un mensaje conciso y muy fácil de entender: Hola a todos, para que, por favor, os centréis en otras cosas, mi marido y yo no vamos a tener hijos nunca, no entra en nuestros planes de futuro, ahorraros las preguntas y los comentarios al respecto. Os quiero.’

Fotografía de portada