Con mis cosas (y entiendo mío todo aquello que he pagado yo o que me han regalado) hago lo que me da la gana. Si quiero darlo, lo doy, si no quiero darlo, no lo doy. Es evidente que si no vas a tener otro crío y no está apto para venderlo, lo regales, total, para que ocupe espacio… pero si tienes otros planes, no entiendo por qué tienes que verte en la obligación de darlo.