Piensa que tu misma te estás dando cuenta que pensar así está mal. Reflexiona sobre ello. Por otro lado, piensa que tú también te harás mayor, te dolerán caminar largos paseos, perderás la vista, te harás tus necesidades encima… Y lo que querrás es la comprensión y amor de tu entorno. Imagínate el perrito que también tiene sentimientos y no puede expresarlo. Estar al final de camino de un perro no es una molestia, es un honor.