Desde mi punto de vista, me parece injusto que se señale a un colectivo como el gran inconsciente de la pandemia. Cada edad tiene lo suyo, pero no nos confundamos, la infancia, adolescencia y la juventud es donde más fuerza tienen las relaciones sociales, es cierto, pero pienso que todos los colectivos se han visto afectados por el confinamiento y las restricciones.
He visto actitudes irresponsables a todas las edades, la mayoría de ellas son de gente joven (y con 27 años que tengo, incluyo a la gente de mi edad también en el colectivo). No son sólo adolescentes, sino que es normal que quien más se salte medidas o relaje las precauciones, sea la gente con más necesidad de relaciones sociales.
Si lo miro desde distintos prismas y empiezo por edad, veo a mis abuelos que anteayer sin ir más lejos me dijeron que a ver si acaba esto pronto y pueden darme un abrazo (ojo que sólo piden un abrazo).
Sí, para ellos lo más duro no es lo poder salir de casa, sino que sus hijos y nietos no podamos entrar, sentarnos y pasar un ratito con ellos. Y en el mismo colectivo meto a mis padres porque prácticamente es la misma situación, todos ellos grupo de riesgo que han pasado de ver a sus hijas todos los fines de semana a estar meses sin verlas.
¿A ellos no les están robando nada?
Luego me voy al prisma de un adulto joven, como yo (que con mis 27 años así me considero) y ¡vaya situación! Viviendol sola en Madrid, trabajando con niños, sin poder ir a ver a mi familia y para colmo comencé a conocer a un chico el famoso 8M sin tener ni idea de la situación a la que nos íbamos a enfrentar. Igual tampoco ha sido muy fácil para mí el tiempo de confinamientl, pero reconozco que al menos no he perdido mi trabajo ni la ilusión por lo que hago.
Sigamos avanzando, mi hermana. Universitaria en su último año de carrera, que no puede ir a clase, salir ni relacionarse. Es más, ha tenido que rechazar unas prácticas en EEUU por la situación. Está en el colectivo en el punto de mira y la pobre, se cuida cómo puede, sale con todas las precauciones del mundo e intenta hacer su vida con restricciones. ¿Quién piensa en todo a lo que ella está teniendo que renunciar?
¿Y qué hay de los niños? Si algo he comprobado desde que volví a pisar el colegio en septiembre es que ellos son los que más cumplen las normas y LOS QUE MÁS NECESITAN RELACIONES SOCIALES. Lo que nos hemos encontrado los profes al volver a ver a los peques es que no se han desarrollado madurativamente y en cuanto a relaciones durante 6 meses. ¿Sabéis cuánto tiempo es eso para un niño? Y sin embargo, tienen una actitud inmejorable, no se quejan, no se quitan las mascarillas, mantienen la distancia y cumplen las normas. Son unos campeones.
Y si hablo de los de infantil, que la mitad de la clase lleva mascarilla sin ser obligatoria y la utilizan súper bien, ya ni os cuento.
En fin, lo único que quería decir con esto es que a todos nos ha afectado la situación de una forma u otra, que a ciertos colectivos y personas les ha pillado en un momento más crítico, ya sea del desarrollo o de lo que sea y que además de ser TODOS de igual manera los afectados, también somos los responsables. ¿Alguien de aquí no ha bajado ningún momento la guardia ni relajado las medidas?