Marta
Invitado
A mí me gustaban varios nombres que a mi marido no. Pues seguimos buscando hasta que hubo uno que nos gustó a ambos. Creo que es lo justo. No vas a llamar toda tu vida a tu hijo por un nombre que detestas.
En el colegio lo van a llamar «Caye» y luego «Avenida» o algo así.