Cuando se habla de embarazo parece que estemos en un estado de gracia parecido al de la Virgen María (el brillo en la cara, la dulce espera) o que estemos pasando el peor trago de nuestras vidas. Sí, hay muchas razones para quejarse pero también hay cosas chachis. Así  a bote pronto puedo pensar en una que lo cambia todo: el sexo. Que todos los médicos nos recomiendan que lo hagamos, que es bueno para nosotros y bueno para el bebé. Y, bueno, los orgasmos, madre mía, déjame que te cuente cómo es un orgasmo embarazada… Pero antes de ponerte a ello, hay varias cosas que debes saber.

ATENCIÓN: Por mucho que te animemos, es tu médico el que te da permiso para tener sexo o no. ¡Sigue siempre sus recomendaciones!

 

Puedes tener todas las ganas de mundo o no tener ninguna en absoluto

Pues sí, queridas, parece que no hay punto medio para nadie. Lo más normal parece ser que las hormonas te quitan todas las ganas de sexo, especialmente durante el primer trimestre (en el que estás demasiado ocupada vomitando o estando agotada) y el tercero, en el que estás tan enorme que casi no puedes ni moverte. Y me parece lo más lógico, si nuestro cuerpo ya ha conseguido su objetivo de reproducirse, lo normal es que se nos quiten las ganas de más, ¿no? También puede ser que pierdas las ganas porque te encuentres fatal o incómoda. O todo lo contrario. A lo mejor te pasa como a mí y se abre la Caja de Pandora.

Pasado el primer trimestre (en el que mis ganas eran bastante normales), mis hormonas se desataron y tenía ganas todo el día, a todas las horas, como un 7 Eleven, vaya. Así a bote pronto puede sonar maravilloso pero por otro lado también puede ser un poco agobiante estar pensando en sexo todo el santo día. O aunque tengas todas esas ganas, a veces la cabeza te para: porque te encuentras fea, porque tienes miedo de dañar al bebé, porque no puedes dar rienda suelta al sexo salvaje… Consejo, si tienes ganas, intenta acallar la cabeza ¡y disfruta!

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Sí, a tu pareja le gustas así

No suele ocurrir que de natural tu cuerpo cambie tan drásticamente en solo 9 meses (o menos). Pero así es el embarazo. En poco tiempo, subes 2 tallas de sujetador, de pantalón, engordas 15 kilos y no te ves los pies porque parece que te hayas tragado una sandía. El cuerpo embarazado es sano y bonito. Aunque a ti te cueste un poco de aceptar, nuestras parejas suelen vernos bellas y siguen teniendo ganas de hacer el amor. Porque nos quieren, porque les gusta nuestro cuerpo y porque MIRA QUE TETAS SE TE HAN PUESTO.

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El bebé está ahí, pero no se entera. Y no, no le podéis hacer daño

Quizás lo que más me atormentó a mi durante mis meses de embarazo fue la presencia del bebé. Que sí, que ya lo sé, que ni se entera ni se acuerda luego (solo faltaría, qué horror) pero a veces no puedes evitar sentirte acompañada: mi marido, yo… y el bebé ahí en medio. Qué falta de intimidad… Luego está la otra gran pregunta de muchos hombres: ¿le puedo dar al bebé con el pene? Ya sabemos que la autoestima es lo suyo. ¿Pero cómo le vas a dar un pollazo al niño? Primero que no llega tan lejos y segundo, que aunque tu marido fuera Nacho Vidal, eso está cerrado. ¡Cerrado! La naturaleza es sabia y no dejará que tu bebé reciba descargas de semen cada 2 por 3, mujer. Así que intenta relajarte, olvídate de que el bebé está ahí y ¡dale!

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¡Encontrar la postura es fácil!

Ahora que ya hemos resulto todas las dudas, si has decidido ponerte a ello, la pregunta que te estarás haciendo es «¿y cómo nos ponemos?». Al principio, no hay problema pero cuando tienes más tripa se reducen las posibilidades. Adiós misionero y cualquier postura en la que estéis cara a cara. Puedes buscar el ángulo recto, donde él esté en vertical y tú en horizontal. El doggy style se convertirá en tu nuevo amigo porque créeme, ponerte encima cuando casi no puedes ni moverte no es la mejor idea. Pero la favorita durante el embarazo es, sin duda, la cucharita: los dos mirando hacia el mismo lado, él detrás y tú delante. Comodidad y placer es posible.

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Tendrás los mejores orgasmos de tu vida

Eso si los tienes… Como con las ganas, el cuerpo te puede jugar una mala pasada y sentir menos que antes de quedarte embarazada. Sin embargo, si llegas al orgasmo… VAS A FLIPAR. No sé porque nadie nos cuenta esto. ¿Por qué mis amigas no me habían dicho nada? La intensidad de tu orgasmo se multiplica y además notarás placer por todo el cuerpo. Todas tus zonas erógenas estarán más sensibles por lo que correrte va a ser un festival. Y, otra vez, a tú bebé no le pasa nada. ¡Aprovecha mientras dure! (Que luego llega la cuarentena y no vas a poder tocar a tu pareja ni con un palo a lo lejos).

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¡Cuéntanos! ¿Cuál fue tu experiencia?