A veces llegan a mí artículos de internet bastante trambólikos (pinchad aquí si no sabéis qué significa esa palabra, ya me lo agradeceréis). El caso es que vi el otro día un post que hablaba de los problemas que dan los shorts y soluciones para ello. Es este, por si os interesa. Aviso que es de Cosmopolitan.

Anda, pues qué guay.

Porque, ah, los shorts, esa prenda de verano imprescindible. Sabes que summer is coming cuando lo dice El Corte Inglés y cuando la primera persona se atreve a ponerse unos pantalones cortos.

Y sus piernas like…

El caso es que estaba leyendo el artículo toda interesada, porque yo nunca he sabido comprarme shorts. Never. Igual el verano de turno elegía unos que daban demasiado calor como al siguiente me llevaba unos vaqueros que me marcaban todo el… el camel toe.

Y es que los pantalones cortos son una prenda un poquito cabrona. Según el artículo que leía, hay varios problemas que te pueden dar los shorts, como las rozaduras.

Bueno, WeLoversize sabe de qué va esto y te da soluciones mucho más avanzadas que elegir un pantalón más largo. You know, tenemos miles de post así.

Peeero también proponía soluciones al hecho de que quedasen muy sueltos o muy apretados. Amiga, ojalá fuera tan fácil. ¡Ojalá!

Porque, dependiendo de la figura de la persona, EL MISMO pantalón corto puede quedar apretado de un lado y suelto de otro. ¿Qué haces ahí? Pues lanzar la prenda a tomar por saco y cambiar de modelo de pantalón.

Claro, a las chicas que salían en las fotos del artículo todos los pantalones les quedaban bien sueltos porque eran delgadísimas (de cintura, de cadera y de pierna, pos mu bien) y ya les buscaban una talla concreta para poder lucir en las fotos. Pero no todas somos así, y no todas podemos encontrar una talla más en la tienda, y no todas podemos encontrar una jodida tienda en la que tengan shorts que nos sirvan.

¿Y sabéis qué otro problema dan los shorts? Que la gente se cree con derecho a darte su opinión sobre cómo te sientan. True story, comentario real que le hicieron a la Cris del pasado (yo con unos pocos años menos):

No deberías ponerte pantalones cortos, que no te quedan bien.

A ver, me vas a perdonar pero yo voy a llevar lo que me dé la puta gana. Hoy y siempre. Y si los shorts no son lo que mejor me queda pues te jodes porque es verano y tengo calor. Como la mayoría de la gente. Y si ese día no me he depilado porque no me da la vida pues también te jodes y observas mis pelillos al viento.

Y punto en boca.

Sí, los shorts son una prenda cabrona por lo difícil que suele ser encontrar EL pantalón perfecto, pero también por lo que implica llevarlo con libertad por la calle. Y os voy a decir una cosa, críticos, ofendiditos y babosos del mundo: no os flipéis, son piernas al aire, nada más y nada menos. ¿Y sabéis qué podemos hacer con ellas? Patearos la cara, así que un poquito de respeto, que somos mu decentes y mu bonicas hasta que nos cabrean lo suficiente.

Por eso, después de leer el artículo sobre soluciones a los problemas que dan los pantalones cortos, he llegado a una conclusión: los shorts son unos cabrones, pero nosotras podemos con ellos y con todo lo que implican. Con un poquito de ayuda de los sticks anti-rozaduras y quizás tirando del bendito internet para encontrar una buena talla, pero no nos vencerán.

¡Exacto! ¡Así con todo!