Atrapada en un avión entre dos personas obesas

Se daba a conocer recientemente el caso de Sidney Watson. conocida en Estados Unidos como influencer. La misma generó una intensa polémica cuando durante un vuelo publicó en twitter su malestar e incomodidad por el hecho de tener que ir, según ella. ‘encajada entre dos personas obesas«

Comentando barbaridades como la siguiente: «Si los gordos quieren ser gordos, bien. Pero es algo muy distinto cuando encajan las gorduras de sus brazos en mi cuerpo por tres horas» (entraríamos aquí en el eterno debate sobre la ignorancia de las personas que hacen este tipo de comentarios, porque claro, todos sabemos que el tener más o menos peso es siempre una elección de la persona…). Durante las tres horas que duró el vuelo estuvo dando diferentes quejas a la tripulación e incluso intentó que una de esas personas que ella describe como obesa le cambiara el asiento. Llegó incluso a manifestar que se había sentido tocada sin consentimiento y que incluso le habían golpeado varias veces la cara. Alegando además que las personas de tallas grandes lo que deberían hace cuando viajan es comprarse dos asientos para no molestar a nadie.

Y lo peor es que la historia no acaba aquí, sino que además consecuentemente a la crítica que realizó a la aerolínea (American Airliness) a esta no se le ocurrió mejor idea que recompensarla con 150 dólares por la situación que había vivido. Porque claro, todos sabemos que es una experiencia aberrante y que para ella debe haber supuesto un trauma tremendo que requiere de recompensa monetaria  para subsanarlo (léase con mucha ironía).

Evidentemente las redes sociales non tardaron en hacerse eco, los memes comenzaron a dispararse y la propia influencer se dedicó a seguir mofándose y siendo partícipe de estos.

Al mismo tiempo las personas se dividieron por un lado entre los que apoyan a Sidney, manifestando que en diversas ocasiones también habían sufrido estas terribles incomodidades o simplemente por el hecho de seguir demonizando los cuerpos no normativos. Y, por otro lado, los que consideran sus quejas un despropósito y una falta de inclusión y empatía desbordantes.

La primera impresión que sentí yo al ver esta noticia fue que se trataba de un fake, me parece tan surrealista que no podía imaginarme que de verdad hubiera sucedido. Ante lo que no puedo evitar preguntarme… ¿Qué es exactamente lo que considera esta supuesta “influencer”? Quizás,  ¿Qué solo tienen derechos las personas con cuerpos delgados?, ¿Qué las personas con mayor talla tienen que pedirle permiso para vivir o perdón por existir?

¿No es acaso esto un situación de piel fina elevada al extremo? ¿De verdad se ha llegado a sentir tan sumamente incómoda y “atrapada” como para tener esa actitud tan desagradable y despreciativa? Como siempre en estos temas el debate coge impulso y está más que servido. 

Y sobre todo… ¿la solución no será que ofrezcan asientos de varios tamaños en vez de humillar intensivamente a personas desconocidas por su peso? ¿De verdad es difícil de entender que la persona obesa ya lo pasa lo suficientemente mal en una situación así como para encima convertirla en un chiste? 

Ante esto solo me queda comentar que atrapados nos sentimos las demás personas por gente como tú Sidney, que se creen con el dominio del mundo desde su posición que consideran privilegiada. Alzando la mirada sobre los demás y creyendo que solo su realidades son las válidas. 

 

N.