Socorro, ya no me puedo depilar el potorro

 

Hace tres años, o así, decidí vender unos cuantos objetos que no utilizaba y pagarme unas sesiones de láser que acabaran con mi complejo de vello en las axilas. ¿Cómo se puede tener un sobaco capaz de generar vello menos de 24 horas después de haberlo depilado con cera? Pues yo lo tenía.

Y allá que fui, a una clínica que había abierto recientemente en mi pueblo y tenía buenos precios. Palmé ciento y pico de euros de un tirón para dos zonas: axilas y zona íntima completa. (Me alucina esa forma aséptica de referirse al chocho, de verdad os lo digo). ¿Por qué tiene que ser tan caro que las mujeres nos quitemos complejos de encima? Es más, ¿por qué somos muchas las que aún no hemos aceptado que nuestro cuerpo velludo también vale? Eso lo dejaré para cuando hablemos sobre el patriarcado y lo difícil que es luchar contra la cultura en la que estamos inmersas.

¿El resultado? Yo contentísima. Desde la primera sesión ya noté que salía menos cantidad de vello y se iba clareando. Cuando acabé las sesiones que tenía pagadas, contraté otro pack para otra parte de mi cuerpo peludo serrano. 

Recomendé la clínica a todo el mundo. Algunos de mis amigos me hicieron caso y decidieron empezar el tratamiento allí. Pues, ¡socorro! Ya no me puedo depilar el potorro. 

La clínica ha cerrado dejándome a mí con cara de idiota y sentimiento de culpa por haber hecho que mis amigos gastaran dinero con ellos. Han chapado sin previo aviso, dejando a mucha gente colgada. 

En mi caso, agradezco que el último tratamiento que contraté tuviera descuento y, de esa manera, he perdido muy poca cantidad de dinero. Pero nos hemos unido todos los afectados para emprender acciones legales porque hay gente que ha perdido cientos de euros. 

¿Se puede tener más poca vergüenza? Yo imagino que la clínica tendría bastantes gastos y no habrán podido mantenerse a flote. Seguramente hayan pensado una forma barata de cerrar y se les ha ocurrido no dar ninguna explicación y rezar para que no haya mucha gente que se quiera meter en temas legales para reclamar su dinero.

Yo estoy dentro del grupo de personas a las que le da igual el dinero porque no era mucho. Pero no puedo con las injusticias. ¡Reivindico mi derecho a quitarme el pelo del pecho!

Bueno, vale, yo no tengo pelo ahí. Pero entonces no rima y yo necesito reírme del tema. Porque no me da la gana de que la mala gestión de otras personas, me amargue a mí la existencia. 

Ahora, eso sí, si alguien de los que me lee está pensando en abrir algún tipo de negocio,  no les hagáis estas cosas a vuestros futuros clientes. Previsión de gastos, por favor.

 

Lady Ósea