Hay cosas que simplemente no van juntas (según las normas). Dicen que el azul marino y el negro no casan. Igual que el rosa y el rojo. De la misma manera, no le echaríamos chocolate fundido a un bistec de ternera. Existen personas que creen que una pizza pueda llevar piña. Y otras que creen que el feminismo y la moda son términos incompatibles. Seguro que si eres feminista y te gusta la moda, cargas con una pequeña (y chic) mochila de culpabilidad porque nos han vendido que la moda es una herramienta opresora del sistema capitalista y heteropatriarcal. Y lo es. O no. La moda puede ser tan opresora o tan liberadora como tú la vivas.
Puedes ponerte una maxifalda porque te encantan y sientes que te da un rollo muy Virginia Woolf. Además, sabes que quedan genial también con zapato plano. Bien. Vestir para gustarte a ti misma y sentirte cómoda es muy feminista. Sin embargo, puedes ponerte también una maxifalda porque sabes que como te pongas esa minifalda que te encanta tu novio se va enfadar contigo porque dice que vas provocando. Ponerte una prenda por miedo o imposición de una opinión externa no es nada feminista. Sentirse a gusto con tu cuerpo y tu manera de adornarlo es feminista.
No todas las rubias son tontas ni las que llevan gafas leen mucho
Una dicotomía muy peligrosa y totalmente falsa que sigue bien arraigada en el imaginario popular es que las chicas preocupadas por la moda son tontas y superficiales. Las mujeres profesionales e inteligentes se visten de manera sobria. ¿Puede ser que el pintalabios y los tacones afecten a nuestro cerebro haciéndolo más pequeño? ¿No puedes ser la mejor cirujana del país si te tiñes el pelo de rosa? ¿Sería Angela Ahrendts, directora de retail de Apple, si mañana apareciese por su oficina con escote y manicura de colores?
La definición de feminismo según la RAE es la ideología que defiende que las mujeres deben tener los mismos derechos que los hombres. El feminismo se trata de luchar por la igualdad. Personalmente, no veo como el gusto por la moda tiene ningún conflicto con creer en la igualdad. Y no me digáis que la moda es una imposición. Moda no solos es gastarse un dineral en Inditex cada mes. Hay gente que le encanta la ropa vintage o que solo compra prendas orgánicas o que se hacen su propia ropa o que le encanta H&M pero se viste como le da la gana sin querer entrar en una talla 36.
El feminismo es dar a las mujeres la posibilidad de elegir libremente. ¿Y si elegimos que nos gusta la moda? El feminismo aplicado a la moda sería que todos pudiésemos vivirla a nuestro gusto sin consecuencias sociales. Que los hombres no creyeran que queremos que nos toquen por llevar shorts muy shorts. Que nadie piense que somos menos inteligentes porque llevamos vestidos con lazos. Que no depilarnos o no teñirnos las canas fuese lo más normal del mundo. O aseguro que las mujeres no somos seres unidimensionales. Nos pueden interesar muchísimo los mejores pintalabios mates y a la vez leer novelas de los realistas rusos. No es incompatible.
Un escaparate para el feminismo
Fue en el instituto cuando decidí que era feminista y a leer sobre el tema. Sin embargo, «feminismo» no fue nunca la palabra más popular de la clase. Cosas de la vida, años más tarde Karl Lagerfeld ideó un desfile imitando una manifestación feminista. ¿Una incoherencia? Sí, por supuesto. Pero, ¿y toda la visibilidad que la moda da a un movimiento tan importante? Quizás en un principio tú solo estás viendo el último desfile de Dior pero ves una camiseta que pone «We all should be feminists» y descubres a Chimamanda Ngozi Adichie. El feminismo es una parte necesaria del discurso público. Y si llega a través de la moda, bienvenido sea.
La moda ha permitido a muchas mujeres a crear grandes empresas y no estoy hablando solo de Miuccia Prada o Coco Chanel sino también de Chiara Ferragni o Tavi Gevinson. La moda puede empoderarnos y siempre ha sido así. Compañías de cosméticos como Avon o Mary Kay fueron creadas por mujeres que querían ser económicamente independientes. ¿Por qué siempre vemos lo relacionado con la feminidad (como puede ser la moda) como frívolo?
Me visto para mí
Muchas amantes de la moda somos descaradamente man repellers. Nos vestimos para gustarnos y querernos independientemente de opiniones ajenas. Yo no me llevo a mi chico de compras. Y me da absolutamente igual que no le acaben de convencer mis mom jeans. Me los pongo varias veces al mes. La moda para muchas es una manera de darnos placer que además habla a gritos sobre quienes somos. Por supuesto, podemos amar la moda y saber qué hay muchos, muchos aspectos a mejorar. Para empezar, queremos ver cuerpos de todo tipo en las pasarelas, revistas y catálogos, queremos razas, estilos e ideologías diferentes, queremos una moda sostenible y justa. Y está en nuestras manos que sea así.
Podemos decidir no comprar en las tiendas que no se ajustan con nuestros valores. Podemos luchar a través de la moda contra la sexualización de los cuerpos de las mujeres. Podemos enseñar o tapar, ser femeninas, masculinas o neutras. Podemos vestir cómodas y calzar zapatos planos. La moda nos libera. ¿Verdad?
¿Somos libres al vestir?
No voy a negar que la sociedad tiene unas normas y que no seguirlas supone una censura y una marginación. La gente te va a mirar mal si no te depilas, la gente te va a mirar mal si estás gorda, la gente te va a mirar raro si no te tiñes la canas. Muchas veces cuando nos depilamos, nos maquillamos, nos teñimos, nos ponemos a dieta o escogemos según que ropa no estamos siendo libres de condicionantes sociales. Sin embargo, la solución no está en culpar a la moda, eso que puede hacernos libres, sino al sistema patriarcal que nos oprime.
Puedes ser guapa siendo gorda y teniendo más celulitis que las gracias de Rubens o una sola ceja y bigote como Frida Kahlo. En WeLoverSize no paramos de repetirlo, la belleza viene en todas las formas y tamaños. El «guapa» de la sociedad patriarcal ya no nos sirve. Y la moda puede resultar una herramienta poderosísima para subvertir esos estándares de belleza que nos hacen infelices.
Sí, puedes ser una feminista fashionista
Que te pongas un vestido rosa, te pases media hora maquillándote los ojos o que seas feliz cuando te subes a unos tacones no te hacen una «mala» feminista igual que puedes ser una amante del punk sin tenerte que hacer una cresta. La belleza está en tu cabeza. El feminismo está en tus actos, en tu sororidad, en tu lucha por un mundo más igualitario aunque lleves puestos unos boyfriend jeans y unas Stan Smith.