Cuando terminé el curso de monitora de ocio y tiempo libre me propusieron hacer las prácticas en un grupo scout. No sabía de ellos más de lo que había visto en las películas de Estados Unidos, por lo que me imaginaba que me pasaría los fines de semana de ruta en bici por el campo y de puerta en puerta vendiendo galletitas.

Como no tenía otras opciones, acepté pensando en que solo serían unos meses. Quién me iba a decir que esos meses se convertirían en diez años.

Por si no conoces muy bien de qué va, un grupo scout es una asociación sin ánimo de lucro en la que niños y jóvenes entre 6 y 21 años (separados en cinco secciones según la edad) aprenden técnicas (construcciones, nudos, código morse) y valores scouts (compañerismo, cuidado de la naturaleza, cultivo y crecimiento de ti mismo) mientras se divierten y conviven.

Te cuento los motivos por los que me quedé tanto tiempo sin cobrar ni un euro pero ganando mucho más de lo que uno podría imaginar.

  • Los campamentos:

Todos los veranos nos vamos unos 10 días de campamento a un camping en medio de la montaña. Durante ese tiempo se crea como una mini sociedad y parece que solo existe lo que pasa allí. Días de juegos, talleres y experiencias en las que nos conocemos todos mucho más. Pasamos las 24h juntos, dormimos en tiendas de campaña y nos pasamos el día los unos con los otros. Hacemos rutas por montaña y río, veladas por la noche en las que cada sección aporta algo de humor y ceremonias propias de los scouts como la entrega de la pañoleta o insignias que desde dentro se viven con una emoción indescriptible.

  • Los niños.

Cuando eres monitora de scouts te conviertes en un tipo de maestra que te enseña cosas de la vida, y no como el Teorema de Pitágoras, pero también aprendes mucho de tus niños. Ves cómo se esfuerzan por lo que quieren, se te contagian sus ganas de disfrutar de la vida y su alegría constante; las risas con ellos son tan frecuentes que siempre sales con buen humor de allí. 

  • Los compañeros.

Sois un grupo de jóvenes que está allí por puro altruismo. Unas cuantas personas que se unen para poder darle a sus niños las mejores experiencias a la vez que cuidas de ellos, por lo que acabáis conectando de una manera especial.

  • Los Festijorge.

Las acampadas con todos los scouts de tu región. Un fin de semana en el que estás con mucha gente que no conoces pero hay una confianza de base simplemente por compartir el sentimiento scout.

  • La naturaleza.

Dormir bajo un cielo lleno de estrellas, ponerte chaqueta en verano, el silencio y la belleza del bosque y los pueblos pequeños, bañarte en el río, no tener casi cobertura y olvidarte completamente del móvil… son experiencias que te llenan el alma y te recuerda que lo natural para el ser humano no es el ruido y el estrés de las ciudades, con respeto a quien le guste.

  • Una gran familia.

Encontré una familia de 70 personas entre 6 y 35 años de la que todos nos sentimos parte. Nos cuidamos unos a otros, nos vemos y nos escuchamos de verdad alejados de las pantallas y del ritmo frenético del día a día.

Tanto si eres adulta (para ser monitora) o tienes niños y buscas algo donde conocer gente nueva, vivir experiencias que te parezcan reales y en las que conectes con los demás y contigo misma, te recomiendo entrar en un grupo scout. Los precios suelen ser bastante asequibles al ser todos voluntarios y como monitora, no te pagarán pero tampoco pagas tú nada. Te dejo la página de la Federación de Scouts de España donde puedes encontrar más info y los grupos de tu ciudad: https://scout.es/

Scout una vez, scout siempre.

 

Cora C.