Si, lo reconozco, soy fácil.

Lo que viene siendo chica fácil de toda la vida. Si, de esas. Esas que les entra un tío y en dos minutos lo tiene todo hecho. De esas, sí. Fácil.

Porque a ver, siempre se ha dicho que una chica fácil es con la que se liga rápido y de forma sencilla, sin mucho esfuerzo, ¿no? Y digo yo, para qué hacerlo largo y complicado si estoy deseando de meterme en tu cama. Ante todo sinceridad.

Meterme en tu cama… o beberme otra cerveza; o ir a cenar una hamburguesa; o quedarme un rato más cotilleando; o ir a las 5 de la mañana al pueblo de al lado que son fiestas; o, vale, otro chupito; o coger la botella vacía de suavizante (ya sabes, esa que es ancha) y usarla como trineo en la ladera del final de barrio porque han caído cuatro copos de nieve; o (aunque me acosté a las 7 de la mañana después de una juerga) quedamos a las 10 para pasar el día en la playa; o ir a plantar un árbol…

Vamos que soy fácil tirando a muy fácil para cualquier cosa que me apetece hacer.

Para qué hacerlo largo y difícil si quiero que sea rápido y sencillo. Para que hacer que me ruegues y me insistas si todos sabemos como vamos a acabar. Yo sé cómo voy a terminar. 

Soy fácil y cualquier plan que rompa con la rutina me motiva. Mezcla perfecta por la que «chica fácil» es mi mejor definición. Y es por esto que me veréis paseando, me encontraréis en el bar a cualquier hora, organizaré la próxima fiesta postcovid, publico historias sin parar en cualquier lugar de la geografía ibérica, tengo amigos entre los 20 y los 60 años, he hecho prácticamente todas las actividades lúdico-deportivas que se te ocurran e incluso me lanzo escribir las sandeces que se me pasan por la cabeza.

Si, soy chica fácil. ¿Y sabes lo mejor? ¡¡Me encanta!!

 

@otto__bo