Llevo luchando desde la adolescencia contra los estampados feos de la ropa plus size. Necesito que alguien me explique, por favor, la razón de querer vestir a las chicas gordas con estampados de abuela. ¿A qué clase de persona se le ocurrió que esas ropas nos puedan ayudar a estilizar nuestras figuras y a disimular nuestros michelines? Sinceramente creo que la idea es encerrarnos en casa porque usar más de una talla 46 es un pecado mortal, claro. Hay gente muy malvada y cruel.
Recuerdo la desesperación de mi madre diciéndome, con una prenda muy fea pero de mi talla en la mano: «Pero Betty, pruébatelo. Tienes que vértelo puesto aunque en la percha no te guste». Y yo me imaginaba vestida con aquellas geometrías selváticas imposibles y empezaba a hiperventilar. Me resultaba complicado incluso encontrar clásicos básicos, hasta las camisetas lisas tenían alguna caralladita: que si un brilli-brilli, que si un dibujo feo, que si un strass… todo mal. Al final acababa vestida como siempre: camisa preciosa de chico (con la marca tapada por un parche o por una chapa), vaquerito y las zapatillas de turno. Así era imposible ligar o cualquier cosa que no fuera ser la gorda simpática del grupo.
La cosa empeoró cuando llegó la moda de los estampados con animalitos del bosque y similares. Yo, mi terrible enfermedad de lo cuquis y el drama de que no me sirviera esa ropa tan mona que vendían en las tiendas donde compraban todas mis amigas. Pero ¡ay! apareció Asos en mi vida para no marcharse nunca más.
Lo curioso es que en algunas tiendas siguen apostando por ese tipo de estampados horror vacui (¡vacuí! leído en tono Muchachada Nui) pero mal y por el color marrón (¡MARRÓN! No me pongo yo unos leggins marrones ni loca…) para el fondo de armario. De verdad… ¡qué manía tienen con escondernos!
Centrémonos. Los estampados de abuela NO sientan bien ni a las abuelas y harían un favor al buen gusto erradicándolos del mercado. Con estampados de abuela no me refiero a la ropa vintage guay (que por otra parte hay que saber llevar bien, porque se ven cosas muy locas en nombre del vintage), sino a preciosidades (leáse con ironía) como estas:
Peeeeero ¿estamos locos o k ase? No queremos parecer Falete ni cualquier otra folclórica gorda, gracias.
Afortunadamente las cosas van cambiando y hay marcas como Pepa Loves que ilusiona a las amigas de lo cuquis como yo (aprovecho desde aquí para ponerles muchos ojitos y pedir que hagan una tallita más, porfi, porfi, porfi…<3)
