Creo que os he dejado bastante claro, y bastantes veces, que Quim Gutiérrez me pone muy tonti por lo bajini. Pero amigas, no quiero que os vayáis a pensar que la que aquí escribe es mujer de un solo hombre. Todo lo contrario, siempre he pensado que cuantos más, mejor. Cuando leí la carta de amor a Luis Tosar que mi compañera Ana le dedicaba a otro de los actores españoles más famosos del momento, me di cuenta de lo mucho que me ha atraído este señor desde la primera vez que lo vi, hace ya más de diez años, en la película La flaqueza del bolchevique. Recordarle en ciertas escenas reactivó mi pepitilla y fue entonces cuando me di cuenta de que, aun pudiendo considerar a Luis Tosar como el punto más alejado de Quim Gutiérrez, ambos actores son de lo más sexy que tenemos en este país.
Habiendo hecho esta primera reflexión, me encuentro ahora mismo en un momento crucial de mi vida, de esos en los que se te plantea una pregunta trascendental cuya respuesta puede cambiar el sentido de tu existencia para siempre. Y la pregunta, por supuesto, es esta: En una competición de tíos que me ponen las bragas como La Albufera valenciana, ¿quién ocuparía el primer puesto: Quim Gutiérrez o Luis Tosar?
¿Será esta otra de esas grandes preguntas que pasará a la historia por no poder encontrarse una respuesta? ¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos? ¿A dónde vamos? ¿Por qué el zumo de naranja de tetrabrik sabe a cualquier cosa menos a zumo de naranja? ¿Me gusta más el hombre metrosexual a lo Quim Gutiérrez o me van más los hombres rudos como Luis Tosar?
Podríamos decirse que Quim Gutiérrez es de una belleza clásica que quita el sentido. Aunque de cara no es lo que denominaríamos un «chico guapo», su punto fuerte es el cuerpazo ese que tiene que parece esculpido por los dioses. Además, es un tío super elegante, siempre bien vestido, bien peinado y bien sonriente. Que sonría, que a muchas de sus mojibraguis lo que más locas nos vuelve es el huequecito que tiene entre los dientes. Y si todo esto pudiera parecer poco, encima, le hemos visto el anacleto.
Al otro lado del ring, Luis Tosar se alza con unas virtudes que tampoco pasan desapercibidas. De entre todas ellas destaco su mirada, más penetrante, quizás, que el anacleto de Quim, y me atrevería a decir que mucho más sexy. Sus ojos serían capaces de derretirme el chichi pero creo que este hombre tiene dos cosas mucho más irresistibles si cabe: la primera, todo ese pelo que le recubre (excepto por la cabeza) que me pone muy burrita porque me imagino que tiene que tener el pecho como la bañera de Chewbacca; la segunda: su voz. Con que Luis Tosar hable yo ya puedo alcanzar un orgasmo. Y cuando canta ya ni os cuento, amigas:
Si en la competición se midiese también el talento para la interpretación, la balanza se inclinaría indudablemente hacia el gallego, pero como solo podemos medir su follabilidad yo creo que el veredicto más correcto podría ser este: si tenemos a los dos, ¿para qué elegir? ¡Quedémonos con los dos y disfrutemos de ellos por separado o junticos (que para eso tenemos imaginación), como más nos gusten!
