No pensaba hacer esto porque creo que ni merece la pena, pero luego pensé en cuántas veces me he quedado con las ganas de escuchar la versión de la otra parte cuando leo posts en el foro y pensé que, si a mí me gustaría leerlo, vosotras os lo merecéis también.
Hago referencia a esta historia. Sí, soy esa chica. Y sí, la historia a grandes rasgos es cierta, pero en mi versión cambian algunos detalles. Ya os adelanto que no va a ser tan bonita como la suya puesto que no tengo su prosa, y porque aquí también se van a incluir las mentiras que me contó que, quieras o no, desmerecen un poquito la historia. He de decir que yo he hecho las cosas mal, que nunca debí meterme en esa historia, pero es que me tragué hasta la última palabra.
Comenzamos a hablar un mes de febrero. Ambos estábamos casados, la diferencia es que yo dejé a mi ahora expareja inmediatamente, antes de vernos en persona ni nada por el estilo. Lo hice sin saber si lo nuestro llegaría a algo o no porque en mi cabeza no entraba seguir en esa relación si había comenzado a sentir algo por esa persona. Un par de meses después nos vimos por primera vez. Aquí viene la primera mentira: En teoría él ya había hablado con su esposa para dejar la relación y entre ellos ya no había nada. De hecho siempre se refería a ella como su ex, pero por el niño, habían decidido mantener la convivencia hasta verano. Diréis que cómo me puedo tragar semejante patraña… pues creo que es porque aunque dice que me perdió por tonto, en realidad la tonta de esta historia era yo. El caso es que me lo comí con patatas. Él supuestamente no quería contarle lo nuestro por no hacerle daño, pero aquello estaba ya finiquitado.
Llegó el verano y entonces septiembre pasó a ser mejor fecha, cuando el niño ya hubiera comenzado el colegio. Después fue tras pasar las navidades, por el niño de nuevo. A todo esto, se supone que no estaban juntos. Que sí, que yo también diría «cómo te crees esto??», pero desde dentro no se veía tan claro como lo veo ahora. Pasaron las navidades y como tampoco hubo «cese de la convivencia», en febrero se acabó todo.
La verdad es que yo también lo había vivido de un modo muy potente, pensé que me moría (intensita que es una también, vaya dos…) y tuve que buscar ayuda psicológica y psiquiátrica en esos momentos.
Un par de acercamientos a modo de «solo amistad» que acabaron como el rosario de la aurora y hasta ahí la historia. Pero bueno, no os voy a dejar sin final feliz:
Hace poquito he conocido a un chico maravilloso que me quiere todos los días, que aunque llevamos poco ya conoce a mi familia y yo a la suya, ya conozco a sus amigos y él a los míos, todo fluye, no hay secretos ni mentiras y es un amor tan intenso como el otro, pero sin dolor ni sufrimiento para nadie :)