Buenas chiquis, hace tiempo que no escribo por el foro y hoy lo necesito, para compartir mi historia, cerrar un poco esa etapa y quizás ver que no he sido la única que le ha pasado algo similar.

Recuerdo leer durante el confinamiento y más de una en este foro, historias de personas que estaban encontrando a esa persona especial en esos alocados meses, y yo fui una de ellas, pero tendré que empezar por el principio.

Hace dos años conocí a V, que era amiga de una amiga mía. Era de estas personas atractivas con un toque macarra, pero que a la hora de interactuar con ellas te hacían sentir especial. Inevitablemente me llamó mucho la atención, pero yo por aquel entonces tenía pareja y se quedó en eso.

Unos meses después mi relación se acabó y pasé por un duelo bastante chungo, ya que seguía viendo a mi ex (misma clase, círculo de amistad…) Donde pasado unos meses me empecé a dar la libertad de tener algún que otro lío, pero nada trascendental, ya que tenía presente mi ruptura de dos años.

Pero por casualidades de la vida, un día fui a comer con la amiga que me presentó a V y ella vino en esa ocasión. Recuerdo que fuimos un momento juntas a la cafetería y ella me dijo que estaba muy guapa, y yo estaba más tensa que un palo. Yo en ese momento estaba más regular por el tema de mi ex, pero pasado unos días le eché valor y le hablé por insta con la excusa más tonta que encontré( cierto es que habíamos hablado alguna vez de colegueo, pero en momentos muy puntuales) y V me respondió y empezó a hablar de un millón de cosas.
Hablábamos bastante y sobre todo, V es de estas personas que siempre saca conversación, te pregunta un montón y te hace replantearte hasta tu propia existencia. Me molaba mucho ese rollo, y en ningún momento me lo tomé como que de ahí podría surgir algo. Pasaron un par de meses y empezamos con bromas de ser novias de invierno, quedábamos al menos una vez a la semana, pero yo me lo tomaba siempre como una amistad -algo intensa, pero una amistad- sin ni siquiera plantearme si me gustaba.
Además por esas fechas V y mi mejor amiga empezaron a hablar y jugar juntas vía online, lo que hizo que empezara a fluir la información por todos lados.

En marzo, justo antes del confinamiento, me fui de viaje de fin de curso con mi grupito, donde venía mi ex, así que entre el viaje y todas las emociones de pasar una semana con mi ex, fui dejando de hablarle a V hasta que volví a mi ciudad. Mi amiga me contó que a V le extrañó y demás, pero yo tenía que gestionar todo el revuelo emocional que tenía. Pero justo el finde que declararon el estado de alarma, V vino a comer a mi casa y pasamos un día super guay en mi casa, con mucho acercamiento pero sin llegar a pasar nada.

Así empezó la cuarentena, y es cierto que V y yo ya hablábamos prácticamente a todas horas, pero la cuarentena lo intensificó todo mucho más. Las conversaciones se volvieron más subidas de tono y personales, empezamos a hacer videollamadas con sus amigas y las mias… Y ahí yo ya tuve que admitir que me gustaba, que me gustaba muchísimo e inevitablemente, una noche acabamos hablando de que nos gustábamos. V fue directa desde el principio y me dijo que quería una relación y yo le dije que necesitaba tiempo, porque hacía unos 10 meses de mi ruptura.
Sin lugar a dudas estábamos en una pompa con unas ganas terribles de vernos, y se que este fue uno de los motivos por el cual la cuarentena fue llevadera a pesar de todo. Veíamos películas, videollamadas, conversaciones hasta las tantas… Pero también empezaron los primeros piques.

Pero al fin llegó la descalada y el segundo día que se podía salir de casa nos vimos. Yo recuerdo que estaba atacada, que no había quedado en mi vida con alguien sabiendo de forma tan directa que le gustaba y que habíamos intimado tanto en esos meses, pero fue una tarde super especial, donde ese primer beso que tanto me preocupaba, fue el primer beso de ambas del año (Si, en mayo el primer beso del año, el confinamiento no ayudaba jajaja)
Para V que esa tarde hubiese ido tan bien fue señal de que podíamos tener algo ya, pero yo seguía necesitando tiempo, y así lo íbamos hablando. Teníamos muchísima comunicación, en exceso en determinadas ocasiones.
Además esa nueva normalidad era una situación extraña, con cierto temor de ir a cualquier sitio por si te contagiabas o vete tu a saber que, tampoco podíamos vernos en nuestras casas porque estaban nuestras familias, así que eso iba complicando el ir cogiendo confianza en persona, a pesar de tener tanta vía online.
Entre una cosa y otra, nos veíamos poco, empezamos a tener más piques y esa V tan atenta y maravillosa se fue perdiendo entre varios problemas personales. Yo por mi parte siempre he sido de salir mucho y estaba parriba y pabajo con los típicos reencuentros después del confinamiento.

Y de la noche a la mañana, ese proyecto de relación que habíamos ido construyendo esos meses, se fue desmoronando en pocas semanas, sin saber ponerle solución a pesar de hablarlo. Añadiéndole a eso un conflicto que pasó en un viaje, mi temor de que V me dejara se hizo realidad a finales de julio, aunque me dijo que siguiéramos hablando.

En ese momento no podía dejar de pensar que las circunstancias habían hecho que acabara así la historia, que no era lo mismo tener contacto por whatsapp que tener un día a día en persona, que en dos meses nos habríamos visto unas 10 veces a lo sumo, que no era el comienzo de una relación en circunstancias normales, y que por tener piques no significaba que no se pudiese arreglar, así que seguimos hablando, yo esperanzada de hacerle ver que si podíamos tener algo. Durante dos meses seguimos hablando durante todo el día, ya no era como antes, pero veía ciertas actitudes en V de que quizás si se podía arreglar. Hasta que pasaron dos meses y le dije de hablar de lo que nos pasó, para aclarar cosas y poder cerrar esa etapa, y quizás decirle de volver a intentarlo. Pero para mi sorpresa se enfadó y decidió que teníamos que dejar de hablar. Y ahí acabó todo. 10 meses desaparecieron de la noche a la mañana.

Ha pasado mes y medio después de esto y aún sigo sin entender como puedo estar tan pillada por una historia tan breve, pero intento gestionar todos los sentimientos que tengo y el contacto cero. Perdí un pilar fundamental en una época que está siendo muy difícil en todos los ámbitos, pero poco a poco intento ir reconstruyéndome y perdonarme por como fueron las cosas.

Quizás si no hubiese llegado la pandemia esa relación se hubiese construido de una manera más tranquila y natural, quizás si durante el confinamiento nos hubiesen avisado que la vuelta a la nueva normalidad sería difícil, hubieramos preparado el cuerpo. Quizás si V hubiese sido más paciente, o no hubiese empezado esa época mala o yo hubiese dejado mis miedos atrás y me hubiese implicado, podríamos haber construido algo y quien sabe si ahora podría estar escribiendo otra historia. Quizás nunca fuimos compatibles(tenemos personalidades muy distintas) y aparecimos en la vida de la otra para acompañarnos durante los meses de confinamiento y poder recordarlo como una historia bonita.

De esta historia solo me puedo llevar el aprendizaje de que nos ha venido grande para todo el mundo, que la incertidumbre está muy presente pero que no podemos dejar de vivir nuestra vida por el miedo de que pueda pasar, y que con todo el ciudado del mundo, no podemos dejar de hacer nuestra vida y arriesgarnos a ser felices. Ojalá alguien o algo me hubiese enseñado esto hace seis meses, justo los seis meses de ese primer beso del año.

Muchas gracias por leerme y perdón por un texto tan largo, pero hoy necesitaba soltar esto para poder seguir avanzando en mi camino.