Hace 5 años conocí a un chico por facebook, me lo presentó mi mejor amiga de ese entonces, a mis 19 años. Pues bien, en ese entonces el chico no me interesó en lo más mínimo la primera vez que lo vi, sin embargo pasó el tiempo y seguíamos hablando por facebook hasta que pasados casi 2 años decidimos vernos, él mostraba interés en mi así que parece que me comenzó a interesar a mi. Pasó ni un mes y me pidió que seamos enamorados (mi primer enamorado), a mis 19 años.
Fui feliz, pero un momento, él en ese entonces no hacía nada por la vida, ni trabajaba ni estudiaba, no nada. Así que comenzaron a echármelo en cara todas las personas que me conocían (familia y amigos), en ese entonces era muy influenciable, así que me comencé a preocupar y traté de no aferrarme a él, peleas fueron y vinieron, porque él era celoso, porque decía que yo no lo quería y otras cosas así que comenzó a verme los defectos, mi peso, SÍ, mi PESO, jamás desde que era pequeña habían dicho que era gorda, no de esa forma, comenzó con el «estás subiendo de peso», «haz ejercicio», y al darse cuenta que me afectaba, lo decía siempre.
En fin, esa relación se terminó a los 2 meses y un par de semanas pero las huellas que me dejó, no se van. Pasé por una etapa de depresión y no comía, fue lo crítico como un año, baje bastante de peso y un día de mis tantas crisis fui a buscarlo, qué me dijo? «Qué tienes? ¿no comes? ¿estas enferma? ¿qué te pasa?» algo así como «no te quieres?», aparte de estar ahí buscándolo, claro. Yo, cargo con mi complejo de estar gorda, tanto que al mirarme me siento muy mal, no he hecho cosas para bajar haciendo trampa (vomitando o tomando pócimas o algo así) pero el dolor está, me dicen que si me acompleja que aprenda a vivir como soy pero eso me dura un rato nomás, al día siguiente me vuelvo a sentir mal al ponerme el pantalón. A veces es muy fácil decir «déjate de complejos» pero la verdad es que esto, siempre siempre es como una piedra en mi zapato que me lastima. Sé que es un problema de autoestima y de no aceptarme, pero está conmigo. Y de él y sus palabras, no me olvido.