Chiqui, he vivido y vivo con ello, pero en mi caso es mi padre. Y lo único que te puedo decir es que intentes ignorar.
Después de pasar años y años de bullying, depresión y una autoestima inexistente, mis complejos siguen a flor de piel. Y en vez de sentir apoyo en casa y animarme, él sigue sin comprender que la gente debería quererse tal y cómo es. Por ello, cada vez que como algo «inapropiado» me hace sentir como si fuera una basura. Es más, cada vez que me arreglo y me veo yo misma guapa (chispa de autoestima) me mira mal y siempre me acabo cambiando.
Sé que no debería hacerlo, pero es lo que pasa cuando te dejas consumir por ellos. Mis padres, los dos, de jóvenes han sido delgados, pero ahora están gordos y no son el mejor ejemplo del mundo. Aún así no son capaces de ver el daño que hacen con los comentarios, miradas, y en el caso de mi madre, directamente, gritos.
Respectos a los otros comentarios del post, mi madre de pequeña también miraba a gente con obesidad en los trasportes y me decía «Antes de que acabes así, te encierro y no te doy de comer».
Así que yo te (os) entiendo perfectamente. Llega un punto en el que no puede más y, o acabas como yo sumergida en una ansiedad y tristeza queriendo desaparecer sin esperanzas de un futuro feliz, o te revelas y mandas a todos a tomar por culo intentando ser feliz.
Espero de todo corazón que sea la segunda opción.