Buens noches!!!!
Aquí os dejo el segundo capítulo de mi nuevo relato. Espero que os guste y vuuestros comentarios:
«Hoy me he dormido…no sé en qué momento he oído la alarma y la he apagado. Me ducho a toda prisa salgo sin desayunar de casa, ya comeré algo en el trabajo. Como todas las mañanas, el metro va a reventar.
Entró en la oficina y enciendo el ordenador de manera apresurada. Mientras mis latidos vuelven a su frecuencia normal, me llega un mensaje al móvil. Es del grupo de whatspp del trbajo. “Veo que a alguien se le han pegado las sábanas hoy”. Es de Patri, la miro desde mi mesa y me pregunta por privado si esta noche he tenido sexo desenfrenado. Me rio ruidosamente, no sé por qué la gente se piensa que las solteras ligamos día sí y día también.
Me sumerjo en el trabajo y al rato me suena otro mensaje al móvil. En esta ocasión es Marga. Nos da una terrible noticia: la recepcionista ha tenido un accidente de coche y nos convoca a todas a tomar el café algo más temprano de lo habitual para contarnos mejor.
En cinco minutos ya estamos todos sentados en nuestra mesa favorita. Al parecer, un coche ha atropellado a nuestra sonriente recepcionista y, aunque está fuera de peligro, estará ausente una buena temporada. Una vez pasado el susto, empezamos a comentar que tendrán que buscar una sustituta. “Y podía ser un sustituto para alegrarnos la vista”, soltamos entre risas. Jorge se ríe como si fuera una más pero se aprecia que este tipo de cometarios le incomodan. La verdad que no estaría de más que viniese un guaperas por una temporada a la oficina. “Lamentablemente no hay mucho tío entre las recepcionistas”, digo haciendo volver a todo el grupo a la realidad.
La mañana trascurre con normalidad pero se nota algo de nerviosismo en el ambiente. Todo el mundo habla sobre la baja de la recepcionista. Siempre la hemos considerado una buena trabajadora y nos da pena no tenerla por aquí. Entre los trabajadores de la empresa decidimos mandarla flores al hospital para hacer saber cuánto la apreciamos.
Desde mi mesa veo la puerta de la sección de recursos humanos y, al volver de comer, veo que hay gente esperando. Deben de haber empezado ya con las entrevistas. No quiero parecer cotilla quiero ir a lavarme los dientes y tengo que pasar por allí. Cuando me quedan pocos metros para llegar al baño, oigo que están llamando a uno de los candidatos. Pienso para mis adentros que puede que no sea lo que yo estaba pensando…porque, lamentablemente no hay mucho tío entre las recepcionistas
O sí?»
La científica empedernida