Reproducimos un testimonio que nos llega a [email protected]

Esta historia me genera mucho remordimiento y no tengo pruebas para demostrarla y poder cambiar las cosas. Espero al menos desahogarme en este foro.

Trabajo en una empresa donde somos unos 20 trabajadores, yo tengo a varios equipos a mi cargo pero no soy la jefa. Soy una especie de mando intermedio que únicamente coordina y ejecuta. No tengo poder de tomar decisiones, lo que viene de arriba se cumple y lo que pasa abajo, lo escalo. 

Nos llevamos todos bastante bien, ha habido algún rocecillo que otro, pero siendo tan pocos, se intenta que el ambiente sea bueno. Hacemos bastantes planes fuera de la oficina y conocemos a las familias de los trabajadores, un buen entorno vaya. 

Hace menos de un mes, entró una chica nueva. Vino directamente de recursos humanos, yo no la conocía. Era una chica joven, muy guapa y muy simpática. Enseguida se hizo su hueco y todos la recibimos como si fuera ya de la familia. A la semana me llegaron comentarios de lo  bien que trabajaba y me encargué de felicitarla personalmente. Todo iba rodado hasta que tuvo su primera quedada fuera del trabajo. 

Fueron todos a tomar algo y a un karaoke, yo no pude ir, pero fue prácticamente toda la plantilla y con la excusa de que era la primera salida de la chica nueva, todos le quisieron dar la bienvenida. Vi que enviaban fotos al grupo de Whatsapp y parecían estárselo pasando bien, todo dentro de lo normal. 

Al día siguiente, esta chica me pidió reunirse conmigo. En ese momento no pude, pero le reservé un rato casi a última hora y me fijé que estaba muy seria, incluso triste. Cuando por fin nos reunimos, me dijo muerta de vergüenza que no sabía exactamente como contarme la situación o si serviría de algo, pero que prefería hacerlo.

Me contó que la noche anterior había ido muy bien, conoció a todos y se lo pasó genial, pero cuando ya quedaba poco para irse del karaoke, uno de los trabajadores la había perseguido y acosado en el baño. Dijo que todos habían bebido un poco y que pasó miedo. Que no me quería decir el nombre del trabajador porque era una situación delicada y sabía que él tenía mujer e hijos, y no creía que fuera necesario señalarle porque de momento tampoco quería tomar medidas. 

Le pregunté si esta persona había llegado a agredirla y me dijo que no, que le siguió hasta el baño, la acorraló y la intentó besar. Ella se resistió y él, reaccionó muy mal. Le dijo que ella lo había estado buscando toda la noche y que se iba a arrepentir. 

Todo esto me lo contó con un dolor que cuando pienso en ello aún me quema la boca del estómago. La apoyé, le dije que lo sentía muchísimo y la invité a recurrir a mí en caso de necesitar algo. Le dije que si finalmente quería tomar medidas, me lo dijera y lo tendríamos en cuenta. 

Me lo agradeció, me dijo que de momento no quería hacer nada, y me aclaró que me lo contaba únicamente por ese “te vas a arrepentir”, ya que creía que este chico iba a intentar malmeter en el trabajo sobre ella y prefería adelantarse y explicar los hechos. 

Le di las gracias por la confianza de compartirlo conmigo y le volví a repetir lo contentos que estábamos con ella. 

Cuando salió de mi despacho, me fui directa al grupo de Whatsapp a mirar las fotos. A ver si veía alguna pista, algún gesto raro o simplemente a las personas que se quedaron hasta más tarde. Tenía sospechas de 4 chicos pero no ponía la mano en el fuego por ninguno. 

Le estuve dando vueltas a qué hacer y finalmente, lo que me pareció más adecuado fue escalarlo al jefe. Le pedí una reunión por videollamada y le expliqué todo lo que me acababa de decir la chica, le insistí en que no había querido delatar al culpable y que solo quería que no se la difamase. El jefe lo escuchó todo atentamente y me dio las gracias por contárselo, me dijo que lo tendría en cuenta y que en caso de que hubiera algún problema, actuarían según los protocolos. Le di las gracias y colgué. 

Todo me pareció normal, con una gestión correcta y sin hacer mucho ruido. No volví a pensar en ello hasta 8 días después, cuando me llegó una carta de despido con su nombre de recursos humanos. 

Fui a pedir explicaciones y me dijeron que era porque no había superado el periodo de prueba.  Me señalaron dos errores minúsculos  por los que CLARAMENTE no despedirían a nadie y ante mi indignación, me dijeron que todo venía de arriba y que no había nada que hacer.

Se me vino el mundo encima. Estaba segura de que se la estaban intentando quitar de encima por si daba algún problema y era mucho más barato y fácil echar a la nueva ,que pensar en despedir en un futuro a alguno de los veteranos, y todo el ambiente que eso conllevaría. Me sentí fatal por haber decidido escalar su caso y me culpé por las consecuencias. Ahora la pobre chica no tenía trabajo y yo no sabía con qué cara reunirme con ella para darle la noticia, junto a recursos humanos, cuando las semanas anteriores la había estado felicitando por su trabajo.

Fue un infierno. A penas pude mirarla a los ojos y me sentía muy culpable. Le dimos la carta, le explicamos todo y se fue muy afectada. Al terminar me fui directa a mi despacho y llamé al jefe para decirle sin rodeos lo que pensaba que estaba pasando. Sabía que podía meterme en un lío pero estaba tan enfadada que me dio igual. 

Él me atendió y aguantó el chaparrón con una tranquilidad casi sospechosa, me aclaró punto por punto los motivos de no superar el periodo de prueba y se mostró ofendido por la acusación que le hice. Me recordó que el jefe es él, que no tiene por qué darme explicaciones y que cuidase mis palabras y mi tono. Le dije que, literalmente, a partir de ahora iba a cuidar mucho más las palabras que compartía con él y le colgué. 

Pensé que iba a haber represalias pero no las hubo, al menos no inmediatamente después. Ahora no puedo evitar sentir inseguridad cuando voy a trabajar por si cualquier día me encuentro yo la carta de despido, y cuando me pasa esto, inmediatamente después me llega la culpa.

He pensado en tomar medidas, pero no tengo pruebas de que la situación haya sido así y no puedo acusarle a la ligera. También he pensado en irme, en no formar parte de una empresa en la que se trata así a sus trabajadoras, pero también siento que podría haber alguna situación similar y no estar yo para intentar hacer las cosas bien. 

No sé qué haré. Solo pienso que ojalá no le hubiera contado nada al jefe aquel día. Estoy segura de que todo habría sido diferente.

A.A