Chicas os tengo que contar lo que me pasa para que alucinéis un rato.
Me divorcié de mi marido hace tres meses después de una relación montaña rusa que casi acaba con mis nervios y mi paciencia. Llevábamos juntos casi toda la vida así que en mi familia él era uno más, incluso siempre he pensado que mi madre lo quería más que a mí que soy su hija, y ahora sé que no me equivocaba.
Ya en navidades aluciné cuando mi madre me preguntó si me parecía bien que invitase a mi ex a la cena. Le dije que no me parecía bien y se puso como una loca, que a ver cómo íbamos a pasar las fiestas sin él. Le dije que pasándolas, que él tiene su familia y ahora estamos divorciados. Bueno, ese día tuve que soportar que me llamase mala bruja por no querer que lo invitase.
Pues después me enteré que desde entonces quedan mínimo tres veces por semana para tomar algo y que de mí no hablan bien precisamente. Esto me lo contó mi hermana porque un día estaba ella en un café y los escuchó antes de que la vieran. Él le estaba contando nuestras historias y cómo fue nuestro último año de matrimonio y ella le decía que lo sentía muchísimo y que no entendía cómo había criado a una hija con tan poco corazón.
Lo he hablado con ella, le he dicho que me parece fatal lo que está haciendo y ella dice que es muy libre de quedar con quien quiera y que ese chico es como un hijo para ella y punto. Me parece genial que lo quiera, que le tenga cariño, pero no concibo que me pongan a mí como la mala de la película cuando éramos los dos los que nos tirábamos los trastos a la cabeza y los que no nos soportábamos.
No tengo ni la menor idea de cómo gestionar esto porque lo único que están consiguiendo es que yo cada día les tenga más manía a los dos. Me encantaría superar mi divorcio y poder llevarme bien con mi ex y que mi madre me apoyase, pero ahora lo que tengo es un frente común contra mí y yo estoy a la defensiva 100%. Es una verdadera mierda, tías.