Reproducimos una historia que nos llega vía mail:
Don tonificación
Estábamos en un after, mi amiga yo dándolo todo, cuando de repente unos buenorros nos invitan a unos mojitos, así sin más.
Nosotras nos los zumbamos de trago y les devolvimos las copas vacías y unas sonrisas picaronas, que decían… venir a la miel chavales.
Se acercaron, nos tomamos unos chupitos juntos y la cosa se empezó a calentar, tequilas, tequilas y más tequilas.
El mas mazado, me dice que si quiero continuar la fiesta en su casa y yo ni me lo pienso y le digo que sí.
Nos pillamos un Uber y nos fuimos a su casa, todo el camino en el taxi estábamos enrollándonos, como si no hubiera un mañana.
Se quito la ropa y me quede flipada porque tenía todos los músculos marcados, no había visto un pectoral así, desde que le quite la camisa a Ken a los cinco años.
Empezamos con el tema y el tío con un solo brazo, venga a zumbarme como un loco.
Pim pam, pim pam sin parar… luego se puso haciendo la plancha y dándome sin compasión. Contaba 9, 8, 7 yo pensaba que íbamos a salir volando.
Cuando llevábamos media hora, le digo que necesito agua y un ventilador, estaba sudando más que en mi clase de zumba.
Total que mientras bebía agua el tío, se tumba en un banco de abdominales y se pone hacer pesas.
Yo me lo miraba como alucinando… Le digo pero no estas petao, y me dice que va esto solo ha sido el calentamiento.
Me dice que vayamos al salón que tiene unas gomas que emplea para hace musculación, que me coloque agarrándome a las gomas, con los brazos en cruz, como si fuera a volar.
Empezamos la maratón, yo agarrada a las gomas sin saber muy bien dónde meter los pies.
Le digo que eso es demasiado para mi, que me va mas la cama o el sillón, me levanta una ceja en plan vaya cateta y me dice que me tumbe en el banco de musculación.
Y allí otra vez, como si se tratara de una máquina de coser, pim pan, pim pam Y de repente zas…. La barra de las pesas le cae encima.
El tío se quedo clavado encima de mí yo gritando porque no podía moverme y estaba muy cuadrado pero pesaba como un muerto. Lo empujo, hasta que se cae al suelo.
Le pregunte si estaba bien y me dijo que si, que cogía aire y volvía y le dije que ya no podía mas, que parecía un circo, o acabamos en la cama o me piraba.
Y me dice que a él le van las emociones fuertes, le digo pues cojonudo, me agarre mis bragas y sin ducha ni na me pille otro uber .
Ya en casa mi amiga me dijo que tal había ido la movida y le dije que había quemado la cena y que había sido una sesión de entrenador personal, pero que no repetía, que me van los gin tonic no los gim- nasios.
Leona de Barrio