Ayer conocí este foro y me he animado a contaros algo que me está ocurriendo y no sé como actuar.
Me llamo Noa, tengo 17 años, en enero 18, estoy haciendo segundo de bachillerato, quiero ser médico, más concretamente pediatra como mi padre. Me paso el día estudiando ya que necesito sacar la máxima nota posible para poder acceder a la facultad de medicina. No suelo salir de fiesta como mis amigas, los fines de semana los paso en casa o salgo a comer con mis padres y mi hermana pequeña.
Para ir al insti tengo que coger el bus de la ruta ya que en mi pueblo no hay bachillerato y tengo que ir al pueblo vecino.
Siempre me he sentado delante ya que me mareo, así que empecé a hablar mucho con el chófer del autobús, tiene 30 años. Hablamos mucho de novelas negras ya que es aficionado como yo. La cosa es que un par de días cuando llegué a subirme al autobús ya había alguien sentado en el sitio donde me siento para poder hablar con él.
Mi sorpresa fue cuando al tercer día veo que en el asiento hay un cartel que pone RESERVADO, y me dice que lo ha hecho para que nadie me quite el asiento.
A la semana siguiente a parte del cartel había dejado una rosa, con una nota donde me dice que le gusto mucho y que le gustaría quedar conmigo alguna tarde para que hablásemos tranquilamente.
Yo aún no le he contestado, siendo sincera me gusta, mucho, pero nunca he salido con ningún chico y menos de esa edad, creo que es el único amigo que tengo de esa edad.
Por otro lado si mis padres se enteran no quiero ni pensar lo que harían, ya que es bastante mayor.
Mi padre me exige mucho con los estudios y hasta ahora no le he defraudado, creo que si ve que empiezo a salir también me daría problemas en casa.
A mi me apetece quedar con él, he pensado en decirle que voy a la biblioteca a estudiar y así poder verle, pero no me gusta mentir y en un pueblo pequeño es fácil que me pille una mentira así.
Estoy hecha un lío.