En el peor sentido de la palabra. Mis padres querían cambiar la bañera por un plato de ducha, lo normal hoy en día y a sus edades, total que como esta compañera no paraba de hablar de lo bueno que era su marido haciendo reformas y yo no conocía a nadie pues lo contraté.
Se supone que me hizo precio amiga, idiota de mí que no pedí más presupuestos por ahí, porque parece que la escapada del siguiente pue p te se la voy a subvencionar yo. Total que el listo fue a casa de mis padres, todo buenas palabras y todo maravilloso, en dos días esto está listo y una maravilla y unos materiales de las hostia y un lujo que flipas porque él trabaja mucho en La Moraleja y no se anda con cutreces.
Yo que soy muy bien queda, hice la transferencia por el importe total para que el pobre comprara los materiales y todo eso, si es que no aprendo. Para empezar ya nos retrasó una semana la obra porque uno de sus trabajadores estaba enfermo, eso dijo, yo me lo creí y creyendo que iba a ser él mismo quien lo hiciera, no dije nada. Luego resulta que él no podía venir porque estaba con una cosa súper importante, mandó a dos primos suyos que no hablaban nuestro idioma, mi padre ya con una mala leche a estas alturas que me cayó la primera frase de ¿seguro que son de confianza?
Al día siguiente con todo empantanado y mis padres duchándose en casa de la vecina, bendita vecina, me llama el tío y me dice que no van a poder ir porque tienen una emergencia. Ahí ya se la lie un poco a mi compañera, leches que es el baño y mis padres necesitan usarlo, dijisteis que dos días. Tras unas voces volvieron, de mala leche y ganas y acabaron corriendo. Esperamos los dos días de rigor y venga papis a disfrutar de vuestra nueva ducha efecto lluvia.
Dos días más tarde los de abajo llaman diciendo que tenían una gotera en el baño, lo que faltaba, vinieron los de su seguro y que parecía que era por la obra, coño que va a ser sino….se lo suelto a mi compañera para que venga el reformista del año a verlo y hacerse cargo y me dice que imposible, que tiene que acabar dos obras y se van de puente, claro con mi dinero.
Ya me puse un poco seria y me salió con que no hay nada firmado y ellos no tienen por qué hacerse cargo, un mal rollp en la oficina de alucinar. Llamamos al seguro de mis padres y nos dicen que la culpa es de ellos y aunque no haya contrato, se deben hacer cargo.
Mis padres sin poder usar la ducha, mi compañera no me habla, el resto la han dejado de hablar a ella, el jeta del reformista del año no me coge el teléfono y parece que la solución es que arreglen la chapuza unos profesionales de verdad, para evitar algo grave y luego nos metamos en denuncias con estos impresentables.
Es la primera y última vez que hago este tipo de cosas, cuanto más buena quieres ser, más se ríen de ti. Nunca me había pasado nada igual.