Reproducimos un testimonio que nos llega a [email protected]
Cosas curiosas nos pasan en la vida, sobre todo a los que por nuestra profesión nos relacionamos con mucha gente como es mi caso, siendo profesora de secundaria. Tengo una alumna que es nacida aquí, de madre española y padre nigeriano. Hasta aquí todo normal. Pues al poco de empezar el curso, esta alumna empieza a demostrar mucha distracción y desgana en clase. Como tutora me llegan quejas de mis compañeros, que ha llegado a dormirse en clase. Hablo con ella a solas para comentarle que es lo que está pasando. Y me dice que su padre está fuera en una misión secreta y al estar lejos, hace video llamadas de madrugada y lleva unos meses que duerme poco, que lo echa mucho de menos y no se lleva bien con su madre.
Cito a la madre para informarla y me dice que sí, que su marido pasa largas temporadas fuera de casa en países extranjeros y que se comunica de noche que es más seguro. Yo sigo sorprendida, porque nunca se me había dado el caso de tener un agente secreto internacional como familia de una alumna. La madre me dice que su hija lo lleva mal y les está costando gestionar la adolescencia con el padre ausente. Les sugiero que cuando el padre esté aquí venga a ver desde el servicio de orientación cómo podemos ayudar a su hija.
Unas semanas después el padre me solicita una cita para hablar conmigo y me pide total discreción sobre la reunión y que nada salga de esa sala. Y me cuenta que pasa largas temporadas fuera por su trabajo y por familia que tiene en Guinea y en Francia y se divide por temporadas. Me cuenta que sus otros dos hijos varones, que también están en esa adolescencia, se llevan un año cada uno, les pasa más o menos lo mismo. Que él intenta en las temporadas que está en casa estar muy pendiente pero que entiende que sus hijos necesiten más atención, pero le es imposible poder darles más tiempo a todos.
Quedamos en establecer un seguimiento, hablar con el profesorado para comunicarle la situación, que estén un poco más pendientes y que intenten motivarla. Al día siguiente viene la madre a traerla y me ve entrando al instituto y me dice que su marido le había contado lo que íbamos a hacer y a darme las gracias. Le digo que me imagino que estará igual con sus otros dos hijos y que solicite también ese seguimiento en el instituto. Y se me queda mirando con cara de sorpresa y me dice que sólo tiene una hija.
Y le digo, disculpa, no sabía que tu marido ha tenido otra pareja y me dice que su marido tampoco tiene más niños y lleva más de treinta años con él. Y yo no sabía cómo reaccionar, me quedé en blanco unos segundos, pensando por donde salir y le dije, discúlpame que ayer tuve tres entrevistas con padres y me he confundido. En ese momento entendí lo de la discreción que me pedía el padre, pero me sorprende a día de hoy como se pueden llevar esas dobles o triples vidas, porque ya no sé las que serán y nadie sepa nada de lo que está pasando.
Tiara