El verano que siempre recordaré fue aquel de hace 6 años. Por aquel entonces se llevaba más el Badoo y aunque yo en mi inocencia creía que era una página para ligar en realidad era más una web para conocer a alguien y echar un polvete.
El tres de junio del 2012, me armé de valor para darle like a un chico, guapo y con una sonrisa de medio lado que me quitaba el hipo. Él me devolvió el like y comenzamos hablar y conocernos. Ambos éramos estudiantes, el de ingeniería y yo de bachillerato, nos llevábamos tres años y como a mí siempre me han gustado mayores… Pues me tiré a la piscina y quedamos un 6 de junio. Me quedé de piedra cuando lo ví… Un tío enorme, no exagero, dos metros de persona. Peinado en plan malote y con una barba de dos días que me hizo hasta suspirar, según él me dijo que no le había dado tiempo a afeitarse y yo le dije que mejor, porque estaba muy guapo.
Nos tomamos algo y después nos fuimos a un parque… A meternos mano, y vaya que si nos metimos mano, nos refregamos y de todo un poco. No hubo folleteo pero de milagro. Fue el primero en tocarme una teta sin recibir un guantazo, ya que siempre me he sentido bastante incómoda con que me tocasen los pechos pero lo hizo con tanta picardía y naturalidad que solo pude reírme y lo más importante: No me sentí para incómoda con algo que nunca me había gustado.
Volvimos a quedar unos días después, esta vez para dejar las cosas claras. Él había salido de una relación hacía un año y por cosas de la vida, vivía con su ex pareja y lo estaba pasando mal. Me dijo que le gustaba mucho pero no quería hacerme creer que estaba dispuesto a tener una relación cuando ni él sabía si estaba preparado. Y yo se lo agradecí y entonces le solté la bomba. Tenía 18 años y era virgen.
¡Ahí vieseis su cara! Todo un poema. Me dijo que tenía que ser una broma y yo me tensé. Varios tíos habían pasado de mi culo por ese motivo y no iba a dejar que éste se cachondeara de mí en mi cara. Le dije que de broma nada, que tampoco era para tanto, solo que no había surgido pero que se podía ir relajando porque si me acostaba con él no iba a pedirle nada ni esperaba nada. Que las mujeres al igual que ellos tenemos necesidades y que no por eso pretendía casarme con él pero que si era un problema tan importante ya me buscaría a otro.
Sé quedo sin palabras y se echó a reír. Me pidió perdón por su reacción y que no era un problema, si surgía pues eso que nos llevamos los dos. Ui… Y claro que surgió. Menuda noche. Toda la noche dale que te pego, a mi aquello no me dolía y yo disfrutaba como una loca. Al principio me dio corte, soy una mujer con michelines, siempre los he tenido pero por dentro solo podía pensar… “Este está harto de ver tetas y las tuyas no serán muy diferentes a las de las otras”. Ni corta ni perezosa, me dejé tocar, besar, lamer, masturbar y así hasta las seis de la mañana que me acompañó a la puerta de mi casa. Cuando lo vi salir de la cama solo podía pensar en el pedazo de culo que tenía el jodio, redondo y respingón… Y lo bien que se veía por el espejo del armario frente a la cama, cuando empuja entre mis piernas.
Él, al terminar los exámenes se fue para su pueblo y ambos dejamos claro que no había compromiso de nada, que nos lo habíamos pasado muy bien y que ya se vería lo que pasaba después del verano. Y lo que pasó fue que al darle su espacio, seguir con mi vida y hablar con él por las noches por whatsapp… Llevo después de seis años, disfrutando de su precioso trasero, de su sonrisa de medio lado, de su picardía, de lo grande que es para refugiarme entre sus brazos en los días de frío… En definitiva hace seis años que conocí al único hombre que había sido capaz de dar la cara y dejarme las cosas claras para no hacerme ilusiones, y que después fue él quien un 27 de octubre me dijo que me quería después de hacerme el amor y tenerme entre sus brazos.
Sandra Lopez.