Al mes de nacer mi hija fui a recoger los resultados de unos análisis y nada más abrir la puerta de la consulta (doctora nueva, primera vez que la veía) lo primero que me dijo nada más verme fue: bueno ya te puedes poner a dieta, respondí buenos días con cara de enfado y entonces preguntó a que se debía la consulta.
Cuando le dije el motivo aproveché para decirle que no me parecía ético ni profesional esa bienvenida, menos aún cuando iba a recoger unos resultados de unos análisis en un postparto, por supuesto le dije que no quería que me volviese a ver ella en ningún caso y solicite cambio de profesional por no tener tacto ninguno.

Hola, por aquí una embarazada de 18 semanas. En mi primera consulta la matrona me peso (69 con la bascula del paleolítico ) y me midió (1,59cm), a continuación y sin más preguntas me indicó que tenia un sobrepeso de más de 10 kilos y que eso me ponía en la situación de no tener que engordar más de 7 kilos en el embrazo. Su recomendación que para la próxima visita perdiera por lo menos dos kilos.
Vamos a la siguiente consulta y me dice que está orgullosa de mi que he perdido 500 gramos que no era el objetivo pero que siga así.
En está consulta última he engordado 2,5 kilos desde que empezó mi embarazo. Me indica que así no voy bien y que no estoy llevando bien la alimentación con todo lo que eso conlleva.
En esa consulta me pone los cables para oír el latido fetal. Me indica que todo esta perfecto y a continuación me verbaliza que a partir de esta semana tendría que comenzar a sentirlo, pero con la capa de grasa abdominal que poseo por mi peso igual hasta la semana 22 no noto nada.

Y bueno aqui estoy expectante del 21 de Marzo para oír qué buenas palabras tiene esta señora para mi.

Chica de 33 años, crossfitera hasta 1 mes antes del embarazo, con masa muscular de casi el 42% del cuerpo. Analíticas perfectas. Azúcar y triglicéridos bajos.
Y nada, espero que tu experimento sirva para ofrecer concienciación para todos los recursos humanos sanitarios. Pero en la etapa del embarazo eso no se debería ni de plantear. A parte de su cálculo complicadisimo del IMC. Preguntar por salud mental y tenerla en cuenta debería de ser un requisito elemental en la deontología de estos profesionales.
Gracias.

Otra que no va al médico porque me van a llamar gorda. A ver, que estoy gorda, sí y no es, creo, un problema hormonal, sino un problema de que como con ansiedad. He llegado a ir con una ciática y recetarme que andara… haciendo que la baja pasara de una semana a un mes, porque yo iba todos los días a andar, pero claro, eso no solucionaba mi problema de ciática y el dolor seguía estando ahí (conseguí que se quitara dejando de hacerle caso al médico, e hice reposo). Iba porque, no sé, me dolía la garganta ‘vete a bailar’, ¿En serio? ¿no podía estar más bien relacionado con que era teleoperadora y tenía que educar mi garganta?, iba con problemas de ansiedad… que adelgazara, obviamente, generándome más ansiedad… Al final, cambié de médico y éste no me decía lo de que adelgazara, pero se jubiló.
Ahora voy poco, y si puedo no tener que ir, mejor. Ya tengo que ir todos los años al ginecólogo…

Yo soy médico (no voy a decir de que especialidad para no dar muchos datos) pero quiero darle una explicación a mucha de la gente que escribe que los médicos no les creemos. Voy a contar cosas de mi consulta: la gente miente mucho, pero mucho. Ejemplo, mujer con principio de diabetes, 1h explicándole las cosas, la mandas a enfermería para que le enseñen a comer, vuelve a los 3 meses y te dice que está haciendo todo bien pero que sigue engordando, que ahora come sano. Le pregunto: que comiste ayer? un plato de pasta con un plato de verdura. Ok muy bien. Y qué merendaste? Un plano de lentejas con una tortilla. Yo: no no, merienda, no la cena. Ella: si merienda. Y yo: ah ok. Y la cena? Cenaste? Ella: si, un cuarto de pollo con arroz.
Puede que todos los platos efectivamente sean «sanos», pero no hace falta ser muy listo para entender que las cantidades no. Y así puedo contar mil millones de anécdotas todos los días, absolutamente todos los días. Y cuando te pasa eso día tras día todos los días, pues aprendes a desconfiar ya de lo que te dicen y desgraciadamente lo paga el 1 que te cuenta la verdad. Y si a eso le sumas malas experiencias con pacientes que fallecen por esto, pues menos comprensivo te vuelves (en mi caso personal, chica de 30 años que nunca hubo forma de hacerla perder peso a pesar de psiquiatra, etc, y terminó falleciendo debido a esto). Yo quizá a veces soy demasiado dura, pero es que sé perfectamente a donde les lleva el camino que llevan. Muchas veces les digo que el problema es que la obesidad no duele, aunque te va matando lentamente, si doliese o diese valores alterados tempranos en analítica, quizá la sociedad tendría una conciencia diferente. Desgraciadamente los problemas y alteraciones analíticas empiezan cuando la enfermedad ya ha hecho de las suyas, la frase que más me molesta es «mis analíticas están bien, mi peso no es un problema».
En cuanto a los prejuicios, en medicina los prejuicios forman parte fundamental del diagnostico, nos ayudan a entender rápido lo que les pasa a las personas, no es algo negativo sino positivo, aunque no justifica que se use mal ese juicio clinico para criticar o juzgar.

Que quede claro que no justifico ninguno de los comentarios ni tratos que habéis recibido, pero si quería dar una explicación que quizá ayude a entender un poquito más «la otra moneda»

Hola!
Soy una chica de 1,70 y peso 67 kilos, tengo 34 años e hipotiroidismo desde hace 5 años. No estoy gorda, tengo un poco de grasa abdominal, pero nada que no se pueda disimular con ropa holgadita y tapada. Hago bastante deporte y como de todo, no paso hambre. Antes de esto, sí que estuve cuidando mucho lo que comía, pesando cada gramo de comida,contando mis pasos diarios, cada segundo de descanso entre series, medía hasta varias veces al día mi cintura y grasa abdominal…Y tengo que decir una cosa, estaba demacrada, siempre cansada bajo el maquillaje, ojeras permanentes, acné, descontrol en mis reglas y muy deprimida. Un doctor en Reino Unido me dijo que me relajara y viviera un poco, que comiera variado y sin pasar hambre y que hiciera ejercicio por diversión. Me costó soltar…pero al final lo hice, mi barriguita creció un poco, pero yo gané en bienestar y felicidad, empecé a ir a nadar que me gustaba más que las pesas y el gym. Cuando regresé a España y fui a una revisión médica, el doctor me preguntó si yo bebía, le dije que no, y su respuesta fue…te inflas a pan y a azúcar. Me quedé un poco atónita con esa respuesta pues mi peso es normal, mi tiroides va bien y sí, no tengo intención de quitar el pan de ni dieta ni la pasta (que me encanta). A mi pregunta de por qué decía eso, la respuesta fue, que tenía exceso de peso, cuando estoy en mi peso…Dos profesionales, con dos opiniones de salud diferentes. Ninguno está equivocado, pero al final, la forma en la que trasmites el mensaje y el comprender las circunstancias y emociones del paciente son muy importantes. Queriendo ayudar se puede dar una opinión muy dañina.