Diarreas crónicas desde cría, hierro por los suelos. Ni una sola prueba… me llegaron a decir “mejor si tienes diarreas, a ver si por lo menos adelgazas”
Soy celiaca, a las 35 años y por privado me hicieron la prueba.

Hola Jordi! Yo dejé a mi médica de cabecera ( que era la que me correspondía mientras dependía de mis padres) porque con veintipocos años le pedí una dieta de adelgazamiento y me dijo que la única forma de adelgazar era con sesiones de láser o no sé qué, aparte de que me trataba como si tuviera 3 años cuando me daba los diagnósticos (hablaba del pipí y la caquita y me ponía muy nerviosa). Años después fui con mi madre a la misma médico porque por una enfermedad bastante grave que tenía no podía ir ella sola. Lo primero que me dice es: Y tú cómo has engordado tanto? Yo le dije que había estado embarazada y que no había recuperado mi peso anterior. Me dice, y claro con la ansiedad por lo de tú madre no paras de comer, no?
En ese momento no supe cómo reaccionar, yo estaba pasando por un momento de mierda y me gustaría haberle contestado como se merecía. Me gustaría que vuestra iniciativa sirviera para que gente como ella se den cuenta de lo gilipoyas e insensibles que han sido hasta ahora y que cambien de trato porque es discriminatorio y vejatorio.

Hola Jordi! Pues yo he tenido tantas experiencias con esto que podría contarte un montón! Especialmente en infertilidad, muchos médicos han asociado directamente el hecho de tener sobrepeso con los abortos de repetición sin mirar ningún factor más. Me tocó ir por la pública y la privada a la vez y llevar los informes de una a la otra para conseguir un diagnóstico correcto, y…sorpresa! Resulta que tenía una mutación genética que provoca los abortos y no tiene nada que ver con la gordura o sobrepeso. He de decir que ni siquiera estaba en un IMC considerado como obesidad, sólo como sobrepeso, y aún así se empeñaban en hacerme pasar por la báscula aunque les dijera que había tenido un TCA y que ya lo había tratado, pero que subirme en la báscula me hacía pasarlo mal. Incluso un lumbreras en la pública intentó recetarme unas inyecciones para perder peso que después al leer el prospecto vi que no eran adecuadas para mujeres que buscaban quedarse embarazadas, con lo cual me negué a usarlas. En fin, experiencias horribles con este tema, la verdad. Hay mucho medicucho suelto totalmente desactualizado que no escucha ni sabe de trato humano y que lo que hacen es poner a las personas en situaciones realmente difíciles en lugar de ayudar a vislumbrar cuál es el problema real. Por suerte, al final encuentras alguno que sabe de lo que habla y que parece que al menos aunque no tenga todas las respuestas, tiene la humildad de buscarlas y cooperar con el paciente en una escucha activa y ofreciendo comprensión. Te deseo lo mejor en este proyecto y en todo tu trabajo y espero que ayude a visibilizar lo necesario que es que se mejore la práctica médica a este nivel, porque es realmente urgente. Sólo diré que todo esto me ha pasado en la provincia de Alicante, por aquello de dar pistas sobre dónde toca ofrecer actualizaciones.

…..Aquí una que se preguntaba toda la vida que le daban palpitaciones en gimnasia, luego alguna cosa más y todo eso me pasaba por gorda y ahora mismo estoy a poco de operarme a corazón abierto por un CIA en la vena cava

Hola, Jordi:

Por un lado, cuando tendría unos 10 años (principios de los 2000), los médicos que hacían las revisiones escolares me preguntaron con cara de asco si alguna vez había hecho alguna dieta. Me quería morir cuando contesté «sí, muchas». Volví a casa y no quería comer. Al final, después de muchos comportamientos restrictivos y muchas dietas más, a los 20 desarrollé un TCA. En ese momento estaba haciendo una dieta y, cuando mi madre le comentó al médico que estaba preocupada porque me veía muy obsesionada (apuntaba todo lo que comía y calculaba las calorías) él dijo que no pasaba nada, que es que yo era muy organizada.

A los 28, después de haber perdido todo el peso de la pandemia para llegar a normopeso y después de 5 ciclos de estimulación ovárica (para inseminación artificial), mi enfermera me dijo que parecía que había ganado peso. Era enero y me había cuidado muchísimo en Navidad, pero me entró el pánico. Pensé «¿cuánto habré engordado para que se note?» Me pesé al llegar a casa y había engordado un mísero kilo. Repito, bombazos hormonales durante varios meses, por eso tenía la tripa hinchada (nunca me había pasado, ni con la regla). En mi historial tenía que figurar que había pasado por un TCA. Si no hubiera estado tan obsesionada con estar sana, ese estúpido comentario me podría haber hecho recaer, porque en todo este tiempo desde que me recuperé, nunca he estado tan pendiente de mi peso. Creo que el embarazo/intento de embarazarse es un campo de minas para las personas que han sufrido un TCA, porque hay muchísima culpa implícita: si no me quedo es por gorda, si lo pierdo es por gorda, si el bebé tiene un problema es por gorda. Nos meten ese miedo en el cuerpo y, si ya de por sí eres sensible, te afecta mucho más.

Debo decir que, de todas formas, lo de la enfermera ha sido un caso aislado. El resto de sanitarios (sobre todo l@s médicos) que me han acompañado no me han puesto pegas con el peso (salvo cuando me sobraban los 10 kilos del confinamiento y me animaron a adelgazar de forma muy profesional y educada). Pero claro, a mí lo máximo que me han sobrado han sido 10 kg, no me quiero imaginar lo que soportarán las chicas a las que les sobran más y tienen un SOP más chungo que el mío con el que por muy sano que coman y por mucho que se machaquen a hacer ejercicio no consiguen adelgazar.

Espero que mi experiencia te sirva de ayuda