Me llamo Cristina tengo 25 años desde hace dos meses y creo que jamás he sentido tanto amor por parte de nadie como el que sentí y siento con cada comentario a mi anterior publicación.
Lee aquí la primera publicación de Cristina.
Gracias, por los consejos. Por la preocupación. Por darme fuerzas cuando estaba a punto de hacer la mayor tontería de mi vida. Volver con la persona que me mandó al hospital.
Gracias a las personas que han ofrecido incluso su casa sin conocerme de nada, cuando hasta mis padres no me hablan por «hacerle tanto daño a un buen hombre».
Gracias. Mil gracias. Me habéis devuelto algo que creí haber perdido hace meses. Las ganas de vivir y luchar.
No sabéis lo que he podido llorar después de leer todo lo que me habéis escrito. No porque no tengáis razón, sino porque por primera vez he visto algo que no había visto hasta ahora. Quería rendirme, quería que acabaran con mi sufrimiento y si podía ser de forma definitiva mejor. Y he sentido miedo. Mucho miedo de mi misma.
Así que he hecho el único gesto valiente en mi vida y he cogido el teléfono esta mañana. Eran las 6 y después de pensarlo mucho he buscado el número de mi tía paterna. La «loca» de la familia según mi madre…¿Y sabéis qué? A las 10:30 y tras haber conducido sin parar desde Cáceres la he tenido en mi habitación dándome el mejor abrazo que me han dado en toda mi vida. No sabía nada de lo que había pasado.
Y yo no tenía ni idea de lo rota estaba hasta que me he pasado dos horas llorando sobre su hombro cuando me ha dicho que ya no estoy sola.
No sé si denunciaré chicas, me siguen temblando las piernas solo de pensarlo y me da mucha vergüenza, además tengo miedo de su reacción . Solo os puedo prometer que veré a un psicólogo lo más pronto que pueda.
Os puedo prometer que terminaré los estudios. Que solo para agradecer todo lo que habéis hecho por mi seguiré de pie hasta que en lugar de solo mantenerme pueda correr y bailar de nuevo.
Os juro que no volveré con él y que me marcharé con mi tía el lunes después de arreglar un par de cosas.
Solo me quema el que mis padres no me perdonen jamás. El haberles perdido. El que ya no me quieran. Siento en el alma haberles decepcionado. Pero no quiero morir. No quiero ser un número más.
Gracias por hacerme ver eso también.
Gracias, muchas, muchas, MUCHAS GRACIAS.