¡Buenos días hermosas!
Anoche mismo, antes de irme a la cama, mi padre me hacía llegar como cada año el anuncio de la Lotería de Navidad. Soy una friki de estos anuncios, qué le voy a hacer, año tras año han logrado arrancarme una lagrimilla (bueno, algunos años más que otros) y lo cierto es que será porque este 2020 ha sido una tremenda locura, o por mi situación personal en concreto pero… ¡menuda maravilla!
Aquí lo tenéis, para las que no lo hayáis visto todavía:
El spot es un viaje en el tiempo, viajando a principios del siglo XX, pasando por temporadas que han marcado un hito en nuestra historia. En apenas unos segundos nos embriaga la explosión de la felicidad navideña, de ese compartir ilusión, de volver a ver a nuestro calvo de la Lotería… y es entonces cuando todo para, se hace el silencio. La imagen nos lleva al rellano de un edificio, en la actualidad, una joven entra en su casa con su mascarilla puesta. Silencio. En cuanto abre la puerta se encuentra un sobre que alguien ha metido bajo su puerta, lo abre para ver un boleto de la Lotería junto con una breve nota de agradecimiento. Su vecina, una mujer mayor, le da las gracias por haber estado ahí todo este durísimo año.
La chica se gira y encuentra al otro lado del pasillo a la mujer que la mira con cariño, ella quiere lanzarse a darle un abrazo pero la señora hace un pequeño gesto con la mano para que se contengan. Se miran y una lágrima se le escapa a la joven.
Joder, este año está siendo durísimo para todos: sanitarios, familias, trabajadores, hosteleros, todos los que se han ido por culpa de este maldito virus… Este anuncio creo que nos abre un poco más las puertas a la esperanza, a que aunque no lo creamos es muy probable que hayamos sido imprescindibles para alguien. Que nuestra sola presencia haya servido para que alguien se mantuviera a flote. Pufff, es para pensarlo, ¿verdad?
Tenemos las esperanzas puestas en que 2021 nos devuelva nuestra vida, yo al menos me aferro a que la vuelta del calor nos traiga un poco más de libertad, con medidas de seguridad pero al menos pudiendo disfrutar con los nuestros. Crucemos los dedos, y al menos por ahora, hagámonos a la idea de que se nos vienen las navidades más extrañas de nuestra vida.
¡Un abrazo enorme a todas!