Hola, os cuento que después de muchos años deseando tener un perro por fin he obtenido la estabilidad económica que me permite cuidar uno como se merece y he adoptado un cachorro de tamaño mediano-pequeñito, ahora mismo está en los 8 kilos y me dice el veterinario que crecerá poco más ya. Vivo con él en mi casa, ya que todos los hermanos (somos tres) vivimos independientes, mi hermana es la única que tiene niños, dos.
Los peques hace unos meses se volvieron locos por el perrito. Vinieron a mi casa a verlo, este otoño se lo pasaron jugando todo el rato con él, en navidades me regalaron dibujos del peludito, bueno iba todo genial hasta que un día coincidió que mi cuñado, su padre estaba presente. Es una persona con un carácter muy peculiar que no suele venir a nuestras reuniones familiares prácticamente nunca, él y mi hermana sabrán por qué, bueno, como sea. Pues ese día nada más verme llegar con el cachorro me suelta el tío que no le parece bien que lo lleve a casa de nuestros padres cuando están los niños porque les puede hacer cualquier cosa.
Vamos a ver, nunca he querido convertirme en esas dueñas de perros salvajes que dicen que su perro no hace nada pero es que os juro que mi perro no ha hecho nunca nada a los niños, vamos ni a los niños ni a nadie, y mira que le han hecho perrerías pero es un bendito. Pues me quedé fría con esa salida pero no le di más importancia porque él es así, que es lo que siempre decimos para justificar sus frecuentes impertinencias. Pero desde entonces chicas todo ha ido de mal en peor. Yo no he vuelto a coincidir con mi cuñado pero mi hermana es otra. Me ha llegado a pedir que no vaya con el perro a casa de mis padres cuando están sus hijos porque su marido les tiene miedo a los perros; en una ocasión que el perrito estaba jugando con su hija y ladró (un ladrido de juego, no de agresión, las que tengáis perros me entenderéis) mi hermana de repente se levanta y le casca al perro una torta que yo tardé en reaccionar varios segundos porque no me lo creía y ahora lo último es que los críos tienen pánico al perro; eso sí siguen acercándose a él a tirarle del rabo yo alucino pero si el animal hace cualquier tipo de movimiento aunque sea para huir de ellos se ponen a gritar, a llorar y a decir que les va a morder cuando insisto, este perro no ha mordido en la vida a nadie.
Cuando eso ocurre aunque mi madre la pobre intercede por el perro diciéndoles a los niños que no les ha hecho nada ellos dicen que es que su padre les ha dicho que tienen que tener cuidado que es peligroso. Mi padre por su parte intenta enseñarles a que no tengan miedo con su particular forma, con la que yo no estoy de acuerdo (porque les enseña a que si el perro no se sienta cuando se lo mandan le peguen en el morro y por ahí sí que ya no, a mi perro no se le pega y menos porque no se porte como un juguete de peluche para los niños) y mi hermana, of course, lanza su mirada de desaprobación. Pues la consecuencia ha sido que no estoy llevando al perro a las reuniones familiares y yo misma si puedo las evito porque me hace sentir muy mal todo esto, sobre todo sin venir a cuento y por culpa de un señor que lo único que ha hecho en esta historia ha sido malmeter y de mi santa hermana que dice amén a todo lo que diga él…
No se qué hacer chicas, estoy muy triste y enfadada, a partes iguales besos