La maternidad está idealizada. Todos esos blogs de los huevos que lo pintan todo rosa y verde mint hacen flaco favor a las mamás primerizas… Las hormonas no ayudan y el entorno, a veces, pues tampoco.
Tú eres una nueva tú, cuanto antes lo asumas, mejor. Ya te darás cuenta con el tiempo de que el cambio es para bien, aunque a veces eches de menos a tu antiguo yo. Necesitamos tiempo para acostumbrarnos a la nueva situación y esa nueva persona que depende de nosotros… y no siempre es fácil ni todas necesitamos el mismo tiempo. Por suerte y por desgracia, la parte física nos toca a nosotros y los papás se lo pierden/ahorran, pero está en nosotras hacerles saber qué necesitamos de ellos en cada momento… Es normal que le cojas manía al padre, a mí me pasó, durante meses me ponía atacada sólo de pensar que se acercaba la hora de que llegase él a casa… aunque lo adoraba y lo sigo haciendo, pero en esos momentos, la revolución hormonal es más fuerte; no soy la única, sé de amigas a quienes también les pasó y se reían cuando se lo contaba… Pero todo pasa.
Lo mejor que te enseña la maternidad es que todo, absolutamente todo, son etapas, más o menos duraderas, pero hay que intentar verles el lado positivo a cada una de ellas, por más que pese y más cargo de conciencia nos dé contar los días para que tal o cual fase acabe (yo me sentía culpable cuando el agotamiento de la cuarentena me hacía desear que mi peque dejase de ser un bebé). La maternidad es culpa, intrínseca la llevamos, hay que aprender a dominarla para que no nos coma.
A mí la maternidad no me hizo feliz, pero no cambiaría a mi peque (4 años ya) por nada del mundo. Yo siempre estaré de acuerdo con Samanta Villar, tiene pinta de que tú también eres de las nuestras, ¡tenemos que haber madres pa to!
Si ves que se te hace insostenible, habla con tu médico, él sabrá cómo ayudarte.
Ánimo